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Sección: Editoriales / Suplemento Cultural

La actriz que fue devorada por un tiburón en Tampico

Por: Aurelio Regalado Hernández 19/01/2013 | Actualizada a las 12:17h
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Ofelia Rivas fue una de las artistas más admiradas de Cuba en las primeras décadas del siglo XX. Sus presentaciones en el teatro Alhambra, de La Habana, concitaban multitudes. Se afirma que cantaba como si hubiera venido de otro mundo, con registros sonoros que se desplazaban a placer entre lo terrenal y el más allá. No le quedaba grande ninguna obra clásica que demandara las notas que con maestría hacía brotar de su pecho de contralto. A este don, ya de por sí inmenso, agregaba una capacidad histriónica notable, con lo que transformaba la literatura en carne y esqueleto, venas y sangre, emoción y concepto.
 
El 24 de noviembre de 1924, “acompañada de un familiar”, Ofelia Rivas abordó en los muelles de La Habana el vapor S. S. Esperanza, de la compañía Ward Line. El primer puerto de destino era Tampico, aunque no sabemos si ella desembarcaría ahí. El barco debió zarpar a todo cupo, con 86 pasajeros en primera clase, 60 en segunda y 48 en tercera. El barco (construido en 1900) alcanzó mar abierto, desplazándose a la velocidad de rutina.
 
El contratiempo que nunca falta hizo su aparición el 25 de noviembre, cuando faltaban pocos kilómetros para llegar a Tampico. En la zona se desataba una  tormenta a la que el capitán decidió enfrentar. Al llegar a la entraña del fenómeno el barco fue tratado por los vientos y las olas como un pedazo de papel. El forcejeo con la tempestad fue incesante, pero cuando entre la bruma se dibujaron las escolleras todos a bordo cantaron victoria. Sin embargo, el piloto no pudo impedir que la nave fuera empujada por los huracanados vientos hacia un banco de piedras. El golpe fue bárbaro. Pasajeros y tripulación acusaron el efecto, en tanto que el vapor empezó a hacer agua lentamente.
 
En cuanto pudo, el capitán supervisó la condición de las personas a bordo. Muchas sufrieron heridas más o menos leves. Más tarde fueron puestas a salvo en tierra. El barco no se iba a hundir totalmente, porque en esa zona el mar no era ya tan profundo. Lamentablemente, hubo una víctima mortal: Ofelia Rivas.
 
Es más que lógico atribuir la muerte de la actriz a los hechos narrados, pero al parecer se salvó del impacto sin sufrir un rasguño y su deceso ocurrió poco después, cuando esperaba ser llevada a tierra. Su muerte fue en verdad terrible, pues accidentalmente cayó al agua, donde fue atacada por un tiburón. La noticia impactó al mundo del arte y los espectáculos, pero un mes y días después, cuando el asombro y la pena empezaban a disminuir y la humanidad recibía el año nuevo, en Tampico se generó más información sobre la actriz, información que al ser dada a conocer internacionalmente removió los sentimientos de cuantos habían conocido los sucesos primeros.   
 
Alguna agencia noticiosa de Nueva York se encargó de despachar la nota a los diarios del resto del planeta. Nosotros contamos con la que publicó el periódico español La Voz de Madrid, el 2 de enero de 1925. En la información, por cierto, no se hace mención del encallamiento del buque.
 
El encabezado y el sumario decían:       
 
“La actriz cubana Ofelia Rivas, devorada por un tiburón”.
 
“Se descubren los restos de la infortunada artista en el estómago del monstruo
 
El cuerpo de la nota es el siguiente:     
 
“Nueva York.- Un telegrama recibido de Tampico amplía detalles de la espantosa muerte de la notable actriz cubana Ofelia Rivas.
 
“La infortunada artista fue devorada por un tiburón el 25 del pasado mes de noviembre frente a la costa, y en un instante en que el mar aparecía absolutamente en calma. Los testigos presenciales del horrible suceso refieren lo ocurrido del modo que sigue:
 
   “Ofelia Rivas viajaba a bordo del hermoso paquebote Esperanza acompañada de una persona de su familia. Apoyábase sobre la borda, contemplando el crepúsculo, cuando una ligera ráfaga de aire hizo que volase el sombrero que llevaba puesto. Ofelia Rivas intentó asir la mencionada prenda, y al hacer un movimiento violento cedió el cuerpo y cayó al agua sin que nadie pudiese acudir en su socorro, por la rapidez con que ocurrió el accidente, que presenciaron varios pasajeros y tripulantes del buque.
 
   “Dicen todas estas personas que al caer en las olas, pudo perfectamente apreciarse que la desgraciada luchaba de un modo desesperado contra un enemigo invisible; fue una escena rapidísima y de enorme intensidad dramática. Ofelia Rivas gritaba enloquecida de espanto. De pronto se hundió en las aguas revueltas, y aunque se intentaron toda clase de auxilios y se echaron al agua varias canoas automóviles y numerosos salvavidas, los marinos diéronse cuenta en seguida de que la artista había sido devorada por un tiburón que venía siguiendo al barco.
 
  “Parece que los que intentaron el salvamento de Ofelia Rivas estuvieron también a punto de ser víctimas de la voracidad del monstruo, y que fue igualmente una escena muy dramática la de poner en salvo a los humanitarios marineros que se lanzaron al mar, y que parece que van a ser recompensados espléndidamente por la casa armadora del buque.
 
   “El telegrama de Tampico agrega después que, pasadas tres semanas, unos pescadores, con un gran arpón dieron caza a un gigantesco tiburón que estaba por aquellas aguas, y cuando lo arrastraron a tierra y lo despedazaron hubieron de apreciar con espanto que en el estómago del monstruo estaban las alhajas que llevaba la señora Rivas y el sombrero que fue origen de la tragedia, el cual era de hule negro”.   
 
               aurelioregalad@yahoo.com.mx

Recorte de un periódico de la época sobre la muerte de Ofelia Rivas
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