Guadalajara,(Notimex).- Desde su inicio en 1989, el Programa de Trasplante Renal en la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) de Pediatría del IMSS en Jalisco, ha beneficiado a mil 340 pacientes pediátricos.

Los pacientes han obtenido una segunda oportunidad de vida a través de la voluntad de sus donadores y sus familiares, indicó la directora general del UMAE del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, Martha Ortíz Aranda.

Detalló que del total de procedimientos imil 161 se han realizado a través de donador vivo relacionado y 179 producto de donaciones cadavéricas. “Actualmente la lista de espera de pacientes pediátricos que esperan recibir un riñón y ser trasplantados es de 13”, señaló.

En cuanto a edades, la doctora Ortíz Aranda comentó que los casos más frecuentes se encuentran en la adolescencia entre los 12 y 16 años de edad.

Los diagnósticos más frecuentes que originan la insuficiencia renal y posteriormente la pérdida de la función de los riñones son de etiología no determinada, toda vez que cuando llegan a este hospital presentan lamentablemente un grado avanzado de la enfermedad renal.

“El diagnóstico más frecuente es de etiología no determinada dado que los pacientes llegan en etapa terminal y ya no es posible realizar diagnóstico. En segundo lugar lo ocupan las patologías urológicas, en tercer lugar las glomerulopatias”, indicó.

Explicó que el Programa de Trasplantes Renales de este hospital es exitoso también considerando que la sobrevida del injerto es del 98 por ciento al año de haberse realizado el procedimiento.

Ortíz Aranda afirmó que en la actualidad, y gracias a los avances tecnológicos es posible realizar los trasplantes pediátricos en dos modalidades, la intraabdominal y la extraperitoneal.

La última, dijo, está indicada para pacientes con peso corporal menor a 10 kilos, la cual ofrece la reducción de complicaciones , permite reanudar la alimentación más pronto, después de la intervención quirúrgica, y se puede tener un mayor acceso en caso de ser necesario una toma de biospia renal, en caso de disfunción del injerto.

Agregó que con el fin de preservar el órgano trasplantado se recomienda a los pacientes y sus familiares cumplimentar un curso de orientación e información, en donde se les instruye sobre lo que es la enfermedad, lo que implica el haber sido sometido a un trasplante.

Puntualizó que también se les informa sobre los cuidados en el hogar y en el ámbito personal, características e indicaciones de los medicamentos , así como sus efectos, aspectos nutricionales, y signos de alarma ante la posible presencia de rechazo del órgano.

En cuanto a la prevención de la enfermedad renal y el diagnóstico oportuno de la misma, recomendó a los padres de familia realizar chequeos periódicos a los niños que incluyan estudios laboratoriales.

“Es muy importante que a todos los niños e incluso toda la población se realice exámenes de laboratorio cada seis meses. Dentro de estos es necesaria una química sanguínea, así como mediciones de urea, creatinina y un examen general de orina para identificar en forma temprana proceso de daño renal”, precisó.