El día de hoy vamos a abordar el tema El secreto de las preguntas en la entrevista. Me voy a referir exclusivamente a la entrevista de diálogo, creativa, de reportaje o, de semblanza. Para realizar este tipo de trabajo es conveniente en primer lugar, darle una repasada a los datos biográficos de la persona pública ¿quién es?, ¿dónde nació?, ¿quiénes son sus padres?, ¿dónde estudió?, etc.
Sin embargo, vamos a suponer que el reportero es novato, o que por alguna razón se encontró por casualidad a un político de otra ciudad, a un artista, a un escritor…que se yo; en esa circunstancia ¿cómo habría que hacerle para lograr la entrevista, si tan sólo sabemos el nombre?
Puede ser el caso que se nos escape un buen trabajo; a lo más que se le ocurre al reportero en última instancia es hacer una nota informativa, o de opinión. Para el caso de nuestro particular interés, eso no bastaría para la entrevista. Recuerdo que hace ya algunos años cuando yo era joven, una ex compañera que colaboraba para un periódico local me invitó a que fuera personalmente a entrevistar al Director de una institución policiaca.
Nervioso, le expliqué a ella que no tenía la menor idea de lo que podría preguntarle. Mi ex compañera de la Universidad escribió en una libreta de apuntes alrededor de tres preguntas, las cuales tampoco tuve idea de su importancia. “Ten, me dijo, hazle estas preguntas”.
Estando presente con el Director policiaco, con libreta en mano, intenté tomar nota de lo que se me informaba. Me di cuenta que no hubo necesidad de bombardearlo de preguntas porque, con una sola que hice, el Director se agarró hablando sin darme la oportunidad de interrumpir, de tal manera que (literalmente) casi me acabo la libreta de tantos apuntes.
La entrevista no tuvo nada de sentido. Eso me sirvió con el tiempo para saber que debemos tener una estructura mental, o lo que puede ser lo mismo, un mapa mental de la entrevista. Puede que conozcamos el nombre del político, el trabajo que desempeña, pero a la hora de llevar la trayectoria de las preguntas, sencillamente se nos va el barco de lado, o puede que caiga en un hoyo negro, o dejemos que pase por el triángulo de los Bermudas y desaparezcamos juntos en el mismo instante.
Cuando nos encontremos frente a la persona pública y no sepamos más que su nombre, hagamos un mapa mental de lo que pretendemos hacer, anotemos, incluso, los tres puntos que vimos en mi colaboración pasada: La importancia de la entrevista, donde hago mención acerca de la estructura de la entrevista, esto tan sólo es un consejo que doy como amigo en base a la experiencia que he obtenido; en el mundo del periodismo hay importantes y reconocidos periodistas de muy alto nivel, cuyos libros o conferencias, son los óptimos para seguir como ejemplo.
Si ya te encuentras frente a la persona pública, en primer lugar debes sentirte seguro del trabajo que vas a comenzar a realizar, relájate, si eres primerizo en ello, respira profundo y saca el aire, si no lo haces los nervios se van a apoderar de ti, te comenzará a doler la boca del estómago; el político o de quien se trate, verá en tu rostro el reflejo de un reportero novato y por último, se te va a nublar la memoria.
He ahí el problema, porque la trayectoria de la entrevista ya se fue al hoyo negro. Saca la libreta de apuntes, explícale a la persona que vas a hacer un mapa (si es que así lo deseas puntualizar) para saber hacia dónde vas a conducir la entrevista. Te aseguro que la persona se va a sentir interesada en tu trabajo reporteril y hasta va a cooperar con gusto.
Hazlo y se lo más sincero posible con él o ella desde el principio, no dejes de preguntarle todo en ese momento porque después, ya en tu casa, frente a la computadora, vas a recordar algo que se te olvidó, y claro, no esperes a llamarlo por teléfono, o contactarlo por Facebook.
Es importante cuestionarle a la persona antes de comenzar la entrevista, si tiene algún proyecto importante, si acaba de regresar de un evento relevante; hay muchas cosas por las que se podría empezar el trabajo y así poder esbozar la estructura de la entrevista.
La mayoría de las personas que he entrevistado se han encontrado en funciones y mi trabajo reporteril lo he realizado frente a ellos, en un escritorio. Realizar este tipo de entrevistas lleva un poco de tiempo, por lo que debemos avisar al político acerca de los minutos que vamos a necesitar de su atención.
¿Cuánto tiempo es el adecuado? La pregunta puede variar dependiendo de: si eres lento para interactuar; si sabes interrumpir, es decir, si tus preguntas le son interesantes a la persona, de lo contrario, va a querer acabar con tu entrevista en un minuto.
Eso, creo que depende en gran manera de tus preguntas. Como decía, el secreto de las preguntas consiste en que hagas una estructura del trabajo, para que vayas guiando inteligentemente el rumbo de la entrevista.
No hacia donde quiere la persona que vaya, sino hacia donde tú creas que le va a interesar al lector. ¿Cuánto tiempo? De ti depende que la entrevista sea interesante o no, y de eso estriba el tiempo que dure.
Sin embargo, tampoco debemos exagerar, ya que la persona podría estar esperando a que hagas la última pregunta para entrar corriendo a sesión en el Congreso o en el Cabildo, y en el peor de los casos se estará aguantando las ganas para ir al baño.
Toda estructura lleva un orden, y de ese orden va a depender si realizas tu trabajo con éxito o lo conduzcas al fracaso y el fracaso -decía el conferencista y escritor Miguel Ángel Cornejo- es una experiencia más para poder alcanzar el éxito. Finalmente debes considerar no más de cuarenta minutos para la entrevista, como te digo, eso depende de ti y del tiempo de la persona que vas a entrevistar.
Una de las ventajas de leer libros de literatura, ensayos, etc. es que hace que la mente tenga músculo, lo digo porque la persona que lee tiene más probabilidades de hacer mejor su trabajo.
Nos explica el escritor Carlos Prado en LA ENTREVISTA PERIODÍSTICA “La entrevista consigue transmitir la ilusión de intimidad con los famosos. Aquí radica el secreto de la entrevista: más que una serie de respuestas a preguntas concretas, es una conversación. Se parece más a una sobremesa que a una investigación”.
La conversación durante el proceso de la entrevista, es de lo mejor. Ese diálogo se hace interesante porque te olvidas por un momento que estas investigando a la persona con fines de trabajo, te hace sentirte parte de su amistad, y valoras en ese instante sus conocimientos. La idea es pasarla bien.
No habría mejor diálogo si no existieran preguntas interesantes, y no las habría estas interesantes si antes no estamos preparados para llevar la trayectoria hacia un fin determinado y, para eso, debemos tener siempre presente un esquema mental, escribir un mapa de apuntes en la libreta, u organizar previamente una estructura siguiendo los tres pasos mencionados anteriormente, luego de ello la conversación o diálogo de la entrevista, será todo un éxito. Hasta pronto. Mi correo: saritahdz73@hotmail.com
