“Los payasos, no sólo están en los circos…”
Rostros pintados sobre la desesperación de poder llevar a sus familias el alimento del día, una personalidad que por fuera denota alegría, risas y felicidad aunque por dentro la melancolía de la tristeza los apague. Nariz roja, zapatos grandes y una peluca que utilizan como espada dentro de su honrosa labor, y que a pesar de ello, el compromiso con sus espectadores de hacerles pasar un buen rato sea su objetivo principal, eso es ser un buen payaso.
En los tenores de la política, hay personajes que hacen alusión al verdadero y auténtico significado de un artista de circo, que con ocurrencias buscan los aplausos de la gente aunque su prestigio político y ética moral como ser humano estén por los suelos.
Hoy en día en mi Tamaulipas y en nuestro “México Moderno” nos vemos abatidos dentro de la penumbra de la ignorancia. Una ignorancia que parte de todos los sentidos, y que gracias a ella se les ha permitido manipular, controlar a su antojo, vivir de nuestros impuestos y además sobrarles tiempo para burlarse en nuestras caras.
Y como los trapos sucios se lavan en casa, es necesario partir de nuestro hogar para llegar al punto final.
En la perla tamaulipeca, la izquierda se burla de los ciudadanos. Utilizando como argumento ideas populistas dentro de la demagogia, y enalteciendo al más pobre con su aura de negatividad para venderse caro el día “D”. Tal es el caso de la “candidata” extraída de un reality show. Aunque también existen los que mueven sus caderas al ritmo de la zumba frente a las instituciones. Y ya que hablamos de instituciones, es muy triste ver la poca credibilidad, la falta de confianza y la ausencia de liderazgo por parte de nuestros árbitros electorales tamaulipecos.
Nos queda claro que toda acción tiene una reacción, esta vez la consecuencia es muy grave, hemos llegado a una muy visible abaratada política.
Si no queremos que sucedan más estas payasadas, es muy importante que dentro de todo ser humano, la profesionalización, la capacitación, la búsqueda por la perfección, la superación y la libertad sea algo que siempre debe de estar presente en nuestras vidas.
Pero si realmente queremos hablar de tristeza y de gente que no se pone la playera mexicana, es muy importante señalar como responsable al gobierno federal.
Hay cosas en la vida que cuando no se hacen a tiempo, pierden su efectividad. Este es el caso de el gobierno de Enrique Peña Nieto, que además de ser poco eficiente ha puesto muy en prueba su falta de eficacia.
Peña Nieto tardó 241 días en dar respuesta oficial a un atentado en contra de nuestra República.
5,784 horas tuvieron que pasar, para que el gobierno diera la cara frente a un payaso que calificó de violadores, criminales y narcotraficantes a todos los mexicanos.
Cabe destacar que la respuesta fue obligada, ya que los que realmente daban la cara, fueron nuestros periodistas, nuestros escritores, nuestros artistas y hasta ex presidentes de la república.
Y que para acabar, la respuesta pronunciada por parte del mandatario fuera dirigida en español y hacia la prensa mexicana. Y pensar que creíamos que esos días los había invertido para aprender unas cuantas palabras en inglés…
Es triste. Muy triste una Claudia Ruíz Massieu que dentro de la Secretaría de Relaciones Exteriores, lo único que ha mostrado saber hacer, es felicitar por medio de redes sociales los logros internacionales de personajes extranjeros.
Es por eso que dejamos en claro que el gobierno no son ellos, somos todos nosotros los ciudadanos, y nos corresponde estar a la altura de los problemas que violentan a nuestra soberanía.
Esforcémonos por ser mejores, y poder terminar con todos los payasos de la política.
No hablemos de Donald Trump.
Acabemos con Donald Trump…
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