¡Suben!
Tanto gustaba a LUIS ECHEVERRÍA ÁLVAREZ salir en la prensa, que junto a su intolerancia asesina esa fue su mayor patología política.
Pertenecía a un régimen en el que dos años antes había ordenado la matanza de estudiantes en la Ciudad de México y aun así fue presidente.
A este ex mandatario mexicano se le atribuye repetir frecuentemente la Quijotesca frase de "aunque sea mal, pero que hablen".
En realidad sí le importaba lo que dijeran, pero nadie osaba criticarlo.
¿Quién se habría atrevido en aquellos días, por ejemplo, a decirle lo que a VICENTE FOX, FELIPE CALDERÓN o ENRIQUE PEÑA NIETO?
Nada más hay que ver cómo le iba a los que pensaban diferente.
Cuentan que si en el extranjero alguien publicaba algo en su contra, al menos sentía que había una especie de equilibrio mediático para su ego.
El problema es para quien está por hacer campaña en estos días y a falta de un buen prestigio encuentra consuelo en la frase Quijotesca de "ladran, luego andamos".
A ese tipo de andariegos la vida les recuerda que el camino -bueno o malo- se hace al andar.
De hecho, los perros también le ladran a las ratas o a cualquier cuadrúpedo o reptil que se les acerque.
Estando en tiempos de hartazgo contra políticos la gente dudará y aunque en este ámbito siempre habrá infundios, también es cierto que si el río suena es porque piedras lleva.
Yo no sé cómo habría reaccionado ECHEVERRÍA si en su época hubieran habido esos sistemas de comunicación popular conocidos como "redes sociales".
El hecho es que a nadie le conviene una mala publicidad o imagen negativa.
No en estos tiempos; no si pregonan ser mejores que quienes critican y en una etapa de la carrera personal en la que ya no hay para donde crecer.
Menos si encima se tiene en contra a fuertes corrientes partidistas a las que conviene sumar, no ignorar.
Peor, si ocurre en medio de la coyuntura sociopolitica que rodea al modelo "CHAPO".
Hay que recordar que en estos momentos hay una diputada local que fue cobijada por el PAN en Sonora a la que se le relaciona con el narcotraficante.
Esto causa mucho escozor al dirigente nacional del partido, RICARDO ANAYA, que mientras saca spots contra la corrupción, la realidad le unta en la cara este caso.
Todo eso es mal abono para su proyecto político del 2018.
EL MANUAL DICE...
Por supuesto que no solo es cuestión de tener una buena imagen por decreto.
Además de SER, hay que parecer.
A eso se le llama CONGRUENCIA.
La experta en imagen y desarrollo personal, TERE GUILLÉN VILLATORO, sostiene que la mejor imagen no se basa en moda, fotos retocadas o sondeos a modo.
Al contrario: La mejor proyección es aquella consistente y que gracias a un consultor o incluso al mismo sentido común se base en formación, destrezas, habilidades y experiencias.
La parte estética cuenta, y los canales de difusión más, claro, pero NO en forma prefabricada, falsa o vacía.
Dicho de otra forma: Las prótesis, el maquillaje y las caretas tarde o temprano se caen... O se las quitan.
El problema es que a veces a la concordancia del SER-DECIR-HACER la opacan el cinismo, la amnesia y las ambiciones.
COLOFÓN
Una buena imagen dice más que MIL CAMPAÑAS.
Por su atención, gracias. Por hoy, ¡Bajan!
Confesiones, réplicas y uno que otro aplauso a norberto@libertas.com.mx
