La verdadera Independencia no es la que se encuentra al ya no estar atado a la nomina laboral, al dejar de recibir el domingo de nuestros padres o al irnos a vivir a otra casa, tampoco son las rebeldías anarquistas, no es el votar por “El Bronco”, no es la batalla que se libró aquel 16 de septiembre de 1810. La autentica independencia nace a partir de donde nosotros como personas nos conocemos a nosotros mismos ya sea física, emocional o espiritualmente y donde se deja de comportar como la sociedad lo exige, sin caer en lo absurdo.
Para entender un problema de raíz, tenemos que viajar al punto de origen. Un punto de origen donde nos damos cuenta que las circunstancias han creado en nuestro ser, hablo de nuestra forma de pensar, una manera de actuar.
Vemos generaciones muy marcadas alrededor de la historia que nos ayudan a llegar al punto donde partió todo. Como olvidar la matanza de Tlatelolco, aquel movimiento juvenil donde estudiantes de la UNAM, del IPN, ante un sentimiento de impotencia de un gobierno autoritario se manifestaban en la Plaza de las Tres Culturas aquel 2 de octubre de 1968.
Aquel grito desesperado de una juventud que solo pedía atención a sus demandas, hoy en día se ve expresada en la manera de actuar de muchos catedráticos, universitarios o todos los que se ven influenciados por el dolor tan trágico de aquel día… Muchos de una manera tan profunda y radical, tan de izquierda, reflexiva e intelectual.
En Estados Unidos, podemos recordar el movimiento hippie y su amor y paz,el festival de Woodstock, los psicodélicos, su filosofía por el amor libre y el rock n’ roll. Pero si regresamos a su punto de origen a tal magnitud que podamos entender la reacción que tuvo en los jóvenes estadounidenses el haber perdido la Guerra de Vietnam, un descontento generalizado que hizo pensar a la juventud que personas como ellos morían día a día lejos de lo que amaban por pelear por otros. Por lo que su actuar, comenzó a ser liberal, ecológica, psicodélica y existencialista.
Bajo todas las corrientes filosóficas que puedan existir, podemos tratar de entender el capitalismo , el socialismo, el comunismo. Podemos tratar de comprender a grandes filósofos como Platón y su idealismo, Aristóteles y su realismo, a Carlos Marx y su materialismo o basarnos bajo el poder de la fe y entender el catolicismo, el cristianismo, el judaísmo, el budismo o la religión ortodoxa. También podríamos viajar al punto de origen y tratar de entender las piezas del ajedrez mundial, pero más se ganaría si se logra entender uno mismo.
Al entenderse a uno mismo, probablemente usted se identifique con la generación X, o con la generación del Milenio o probablemente usted se identifique con la generación “next” donde algo ya no les sirve prefieren tirarlo, donde no se atesora, no se valora y no se cuida, o probablemente usted se identifique con la generación que ha dejado un mundo destruido, contaminado, pintado de corrupción con sabor a intereses, por que les aseguró que los sueños que ustedes tuvieron son muy distintos a los que nosotros tenemos en la actualidad.
Nuestros sueños son el ya no ver más destrucción de nuestro medio ambiente, el preservar nuestra fauna, el ya no ver el sufrimiento de gente que no tiene para comer, vivir en un lugar donde se respire tranquilidad, poder crear una solución para mejorar a nuestro país.
Nosotros los jóvenes y las nuevas generaciones, somos el reflejo, somos el producto de lo que nuestra antigua generación ha dejado. Y me preguntó ¿Estaremos contentos con lo que hemos logrado y estamos por dejar?
Hoy tengo la oportunidad de escribirle a todos ustedes que son factor de cambio en nuestro mundo. El México de hoy, es producto del talento y el esfuerzo de muchos mexicanos, lideres que como ustedes han trabajado para construir este gran país.
Construyamos un país más humano, donde exista el respeto, donde atesoremos, donde valoremos, donde pensemos en los demás. Seamos auténticos, amemos, independicémonos hacia la R-Evolución!
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