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Sección: Editoriales / En la Remington

¡Ábrete sésamo!

Por: Ricardo Hernández 04/08/2015 | Actualizada a las 08:46h
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Bien dice Mark Yarnell y René Reid Yarnell en su libro SU PRIMER AÑO EN EL NETWORK MARKETING, que con el mismo ejemplo que predique el patrocinador en el negocio, lo mismo hará su directo; es decir, la persona que invita a formar parte del negocio.

Desde un principio veía que algo anda mal durante las reuniones. Por ejemplo, que la comunicación no era tan clara, pues la mayoría de las mujeres –excelentes vendedoras-, continuaban con una mentalidad, digamos, tradicional. Como nos ilustra Paco Avendaño, un joven conferencista, que está bien quedentro de este negocio de mercadeo existan personas interesadas en vender y que a su veztengan a su cuidado a cierta gente, pero esa no es la idea quese persigue, sino más bien, establecer conexiones para poder llegar a formar redes fuertes, a la vez se pueda llegar a la meta de obtener mayores ingresos residuales.

Las mujeres no quieren salir de esa tradicional costumbre de verse como una mujer vendedora; tal vez eso funcione en otros negocios, o empresas, de eso no cabe la menor duda, porque dentro de las políticas de una compañía podría ser que al mejor vendedor se le otorguen determinados estímulos, y el objetivo ahí reside en VENDER.

En el negocio de mercadeo en red no es el fin que se persigue. Por eso durante y después de la reunión de negocios, con un rostro de angustia Alejandra le dijo a Margarita  que ellas por mucho tiempo no se han ocupado de prospectar, sino de vender. El plan de negocios y de compensaciones es muy claro: invitar a gente a formar parte del negocio de mercadeo en red.

Escribir muchos números en la pizarra es fácil, lo difícil viene durante el primer año, cuando los nuevos distribuidores independientes se desesperan porque no ven claro el resultado de obtener increíbles ingresos residuales. Todo está dentro de un plan de acción: aproximadamente entre dos a cinco años. Quien se desespera, poco a poco verá su sueño perderse en la lejanía.

De ahí que el hecho de preparase y comprender bien el concepto, ayude a los nuevos distribuidores a tener una visión nítida acerca del negocio. Kiyosaki, Randy Gage, así como Mark Yarnell y René Reid Yarnell, son sinceros al decir que en este negocio, al principio, las entradas de dinero se deben considerar como un extra y cuando el nuevo empresario tome rienda de sus ingresos, puede abandonar su empleo para dedicarse al 100% a su negocio de mercadeo.

La mentalidad de transmutar una circunstancia por otra no es nada fácil para aquellas personas que no desean cambiar sus hábitos o su mentalidad tradicional de trabajar. Nuestros escritores antes mencionados insisten en tener una educación distinta. Es por ello que exhortan en el desarrollo de la personalidad para ir cambiando gradualmente nuestra forma de pensar.

La preocupación de Alejandra por no llevar a cabo el plan de negocios durante determinado tiempo, alarmó también a Margarita. Llego a imaginar que también impactó a otros más. Emilio y Maribel, los líderes de la compañía, lo han repetido hasta el cansancio: no se trata precisamente de vender, sino de prospectar nuevos líderes para hacer crecer la red; invitar a personas a formar parte de la red de negocios.

A la mayoría de las mujeres vendedoras les cayó como un baño de agua helada en el rostro lo que dijo Emilio con respecto a que durante ya casi un año, la mayoría de los distribuidores independientes no se han preocupado en prospectar, sino tan sólo en vender.

Cuando se enfatiza en las redes de mercadeo, es porque  en este negocio, aparte de haber una falla, se está considerando como un tradicional trabajo de tiempo completo.

Eso sería lo ideal para quien se ha dedicado a este negocio por un tiempo de dos a cinco años y han podido obtener la libertad financiera que es la meta de este sueño de negocios. Pero si por el contrario, se la han pasado trabajando alrededor de cinco años y no han rebasado ni siquiera la primera línea de independencia  económica ¿estaríamos hablando de un buen negocio? ¿De excelentes auspiciadores? Los nuevos prospectos ¿estarían dispuestos a firmar como socios? ¿Considerarían a los patrocinadores por su credibilidad? 

Lamentablemente la necesidad de obtener ingresos en forma rápida dentro de este negocio de mercadeo, urge, pero no debe verse así. Aunque tampoco se debe descartar que  por el hecho de vender, no podamos solventar nuestras deudas económicas.  Supongamos que nos dedicáramos exclusivamente a vender, en este caso, la medicina alternativa o herbolaria y por otro lado, dejáramos el trabajo de prospectar, ¿estaríamos hablando de un negocio de mercadeo en red? ¿De un futuro prometedor? ¿De una futura libertad financiera? ¿De un viaje en crucero? ¿Dónde esconderíamos el manual del plan de negocio?

Si la persona que nos invitó a formar parte del negocio (auspiciador) trabaja con sus propias estrategias, o bajo su propio sistema, ¿podríamos esperar obtener ingresos residuales que nos dieran como resultado una libertad financiera?

Nada bueno se puede lograr mientras no sigamos el sistema de negocio de la compañía; no podemos inventar nada porque ya todo está bajo ciertas reglas o normas. Por eso digo, en base a lo que he visto, leído y trabajado, que si un auspiciador se dedica exclusivamente a vender: todos sus invitados harán lo mismo. De ese tema se aborda en unas páginas del libro de Mark Yarnell y René Reid Yarnell SU PRIMER AÑO EN EL NETWORK MARKETING.

En cambio, si el auspiciador o patrocinador se dedica el mayor tiempo posible a prospectar para hacer crecer su red, lo mismo harán sus invitados. Se puede decir que es un negocio donde se tiene que trabajar con una clara visión de hacer crecer nuestros ingresos residuales para que dentro de cinco años, nos podamos dedicar a vivir una vida independiente, esa es la idea.

Consagrarse a producir en un principio durante los primeros dos años, después, la recompensa será estimulante.

Tarde o temprano llegaría el líder adecuado quien se encargaría de abrir los ojos a la mayoría de las personas que continúan viviendo bajo el sistema tradicional de trabajo. Por eso intitulé mi columna ¡ABRETE SÉSAMO! Ya que parece que el plan de negocios no es tan claro para muchos, sin embargo, es tan sencillo de comprender, pues cuando abrimos nuestra mente y nos dejamos guiar por las buenas razones, parece que alguien dice las palabras claves: ¡ABRETE SÉSAMO! Enseguida se abre una puerta, esa es la puerta del éxito.

Si hay algo que me gusta de la filosofía de este negocio de mercadeo en red, es que las personas que ya han alcanzado un desarrollo profesional e intelectual, sobre todo económico, tienen en mente ayudar a los de abajo para que continúen avanzando peldaños en la escalera del negocio: ¡subir, subir, subir tan alto como sea posible!...

…Llegué apresurado al departamento, el abrasante y nuevo sol de agosto, quemaba mi cabeza, la espalda. Mi departamento se encuentra en la planta alta, subo por unas escaleras de cemento cubierto de lustrosas baldosas blancas. Apenas lo consigo, a mano derecha se encuentra la puerta de madera. Saco las llaves de la bolsa del pantalón negro: son dos.

Una de ellas es la de la puerta de mi hogar; un hogar reducido a tan sólo cuatro paredes blancas cubiertas de yeso. Oprimo el botón de encendido pegado a la pared y el ventilador de techo, comienza a girar. He encendido de paso la luz.  Tuve toda la intención de descorrer la cortina de la ventana a través de cuyos cristales se alcanza a ver los peldaños, y si me fijo un poco más arriba, hay otra ventana por donde se puede ver a la gente transitar por la calle 22.

Decía que esa era mi intención, descorrer la cortina, pero al momento de pretender hacerlo, descubrí una bella mujer rubia, era joven, escuálida, traía puesto un short blanco con delgadas rayas negras; una blusa celeste entallaba su simétrico cuerpo.

De puntillas se asomaba a  la calle, andaba descalza, juraría por todos los santos que era realidad lo que estaba viendo.

Cuando la cortina onduló de pronto, alargué mi rostro junto a los pequeños barrotes de hierro, los ojos se me salían de las cuencas; algo extrañó brotó de mi interior, como si fuera un volcán incandescente; como un famélico lobo acechando a su presa. Ella parecía no sentir mi presencia. De la desnuda piel de sus piernas, podían verse vellitos dorados; brillaban como finos hilos de oro.

Desde la calle, se escuchó un carro que se detuvo, tras de eso, un silbido. La chica rubia, apresurada abrió la puerta del departamento de enfrente, y después de un ¡crash!, bajó corriendo la escalera. “Se fue, pero ya regresará”, pensé, “aunque tal vez sea sólo una alucinación”.

El día anterior había llovido, y en el techo del departamento se podía ver una franja de humedad, no era el día adecuado para discutir por ello; me dirigí al lavabo y agité el frasco de aromatizante  a manzana y canela; aún le quedaban minutos al día para continuar pensando; recordar los breves instantes en que vi a la chica rubia no estaba nada mal; lo malo de ello fue que no le alcancé a ver el rostro, pero debe ser hermosa, sí, debe serlo, así lo imagino.

Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista

Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.

Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.
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