Cuando pensamos que todo está perdido comenzamos a imaginar un mundo no azul, sino negro, y no redondo, sino informe. Agachamos la cabeza balbuceando palabras que ni nosotros mismos quisiéramos que las pronunciaran los labios. Nadie cree en ti, ni siquiera tu esposa o tu mejor amigo porque tus pensamientos han carecido de solidez, de un brillo como el del oro. Te encuentras sólo en tu cuarto y te das cuenta que no hay nadie a tu alrededor más que tú mismo ¿y ahora?, te preguntas en la humedad de tus párpados.
La realidad es cruel, lo sabes. Murmuras ¿para qué vine a este mundo? Tu madre no te ha dejado nada, porque fue pobre, pero no te pones a reflexionar que cuando ella te criaba, lo hacía con tanta dulzura y cariño ¿no son esas atenciones tatuajes que lleva el alma?; piensas sólo en ti en forma egoísta, porque la vida misma te ha llevado al fuego, para que de ahí la mente pueda asimilar el valor de las cosas. Es por ese motivo que sufres a fuego lento y como las palomitas, si revientan es porque están en su punto exacto para probarse; así hay hombres en el mundo, reaccionan cuando lo tienen que hacer.
Nuestro cuerpo se encuentra dotado de muchas herramientas para poder enfrentar cualquier situación de peligro, lo que sucede es que no lo conocemos porque no tenemos esa paciencia con nosotros mismos para saber cómo explorarlo; al igual que la mente, todavía existen personas que prefieren no pensar para no quebrarse tanto la cabeza, prefieren ser comodines en todo lo que hacen, y se contentan cuando encuentran un trabajo donde se les coloca para nada más llegar a sentarse.
La mente es un misterio, que, usándola adecuadamente, puede llevarte a realizar grandes obras. Cambia tus pensamientos, cambia tu forma de ser, no tiene ningún sentido vivir con el pasado si este te trae tan sólo malos recuerdos. Pongamos fin a todo aquello que no nos sirve. Hace unos días le dije a un amigo mientras disfrutábamos del café en un buen restaurante: “Para el hombre pobre, una moneda lo es todo, significa un valor económico muy importante. Sus problemas vienen siendo del mismo tamaño que la moneda. El hombre rico, en cambio, sabe que la moneda del pobre no es absolutamente nada comparada con su poder económico, pero sus problemas ¿acaso no son del tamaño del poder de su dinero?
Si te pones a reflexionar en ello, te darás cuenta que todos tenemos problemas, unos más grandes que otros. Lo importante es tener salud y, por supuesto, la vida. Si cambiamos nuestros pensamientos, de negativos a positivos, comprobarás que existen muchas otras opciones en las que podemos ocupar nuestro valioso tiempo; además, ve a caminar, tanto por las mañanas como por las tardes, mira a tu alrededor, hay muchos jóvenes en cuyo rostro se refleja una actitud positiva. Si algo no te agrada salte de ahí, y si lo que estás haciendo no te hace feliz, entonces lucha por lo que dará la felicidad.
Nuestro poeta chiapaneco, Jaime Sabines, es un claro ejemplo de éxito pues siendo un joven estudiante les explicó a sus padres que no deseaba continuar estudiando la carrera de medicina y cuando sus padres lo escucharon, le respondieron con palabras cariñosas que quién lo tenía a fuerza estudiando dicha carrera, que igual se hubiera decidido a ser abogado o ingeniero, para ellos, su hijo era lo más importante. A nuestro poeta Sabines, le fue mejor en las LETRAS.
Cuando comencé a escribir en mi máquina Remington, hubo varias personas que me consideraron fuera de contexto, otros más me invitaron a que dejara de escribir. Claro que no hice caso en ninguna de esas circunstancias. Lo que si me propuse fue prepararme leyendo libros de redacción, gramática y sintaxis; leí varios libros de literatura, entre ellos: Los hermanos Karamazov, de Dostoievsky; La madre, de Gorki.
Tener una actitud positiva ante la vida te hace pensar en lograr éxitos en tus proyectos, por eso no hay necesidad de gastar energía por ese mal amigo que no quiso echarte la mano, o porque no conseguiste el trabajo que imaginaste. Olvídate de todo eso. Muchas veces lo que nos hace falta es tener un guía de acuerdo a nuestros proyectos. Él te dirá: vete por aquí o por allá, y si ese amigo no se ha aparecido en tu vida, no te preocupes. Te diré que existen buenos hombres, lo que sucede es que los pensamientos negativos se reflejan en tu rostro y por ello, hay personas que prefieren huir de la gente problemática, eso no lo dudes.
Recuerdo aquellos días de verano cuando conocí por primera vez a mi camarada Agustín, él siempre me decía: sigue escribiendo, no te detengas, olvídate de las críticas, tu actitud positiva es la que cuenta. Agustín es ese guía del que te hablo. En la vida podrás encontrarte uno, pero no siempre suelen a parecerse a menos que cambies tus actitudes negativas y luches por llegar a una meta, a alguien le dará gusto poder ayudarte a conseguirlo.
Sonríe, muestra una actitud positiva y verás cómo no faltará quien te extienda la mano. Por fortuna, desde que era un niño siempre tuve esa cualidad de la sonrisa. Cuando mis problemas superaron la realidad, creí ser un hombre derrotado; los conflictos surgieron bajo el efecto dominó: unos tras otros. A la vez que toqué fondo, me palpé mi cuerpo y exclamé: “¡Estoy aquí!”, desde ese instante la sonrisa regresó a mi rostro. Desde esos momentos negros, me dije que por nada del mundo volvería a sentirme un hombre derrotado y que en cambio lucharía sin mirar atrás. Mientras inyectaba palabras positivas a mi mente, sentí como una energía fue fluyendo a través de mis venas, oxigenando mi cuerpo, estabilizándolo.
Esa etapa de conversión fue para mí algo fantástico, porque nunca creí que la literatura fuera a llegar a estimularme demasiado pues leía con ansiedad noche y día. He conversado con señoras y señores, jóvenes y ancianos, cuya vida parece habérseles acabado por completo. No le encuentran sabor a nada. La verdad, esto es doloroso. Una vez les dije a mis hermanas Marisa y Julia, que el día que se decidieran a escribir sus traumas, éstos desaparecerían de sus cabezas. Recuerdo haber leído a Sigmund Freud para poder interpretar el tema de los traumas.
Todo es cuestión de cambiar nuestros pensamientos porque traemos una escuela atrás de nosotros pensando que por ningún lado nos ayuda. Hay personas que le echan la culpa al sistema, a las escuelas públicas, etc., etc. No echemos culpa a nadie. Las oportunidades están frente a nosotros, pues como dice J.V. Cerney “Este mundo es un escenario y tiene usted múltiples oportunidades cada día de su vida para poner a prueba la actuación de los sueños una y otra vez”. Pongamos a actuar nuestros sueños, ahora, porque cada día que pasa no tiene boleto de regreso.
Debemos estar preparados para lo que venga de hoy en adelante, leamos libros de superación personal, primero, para que estabilicemos las emociones; luego para que aprendamos que los grandes hombres, líderes actuales de importantes empresas, comenzaron desde abajo cuando nadie creía en ellos. Lo que te voy a sugerir no lo hago con fines de publicidad, sino como una excelente recomendación para tu vida, puedes buscar o contactarte en internet en las páginas de alguna compañía dedicada a vender productos o servicios, una vez hecho el debido procedimiento, escucha audios sobre superación personal; existe un apartado donde dice CAPACITACION o CONFERENCIAS , ahí le das clik y podrás oír tantos discursos como tú quieras, de ser posible adquiere libros sobre el tema, y verás cómo tu mente gradualmente cambiará tu forma de pensar.
Y cuando lo hayas hecho, recuerda en la palabra AYUDAR. Ayuda cuando tengas los pies bien puestos en la tierra y sientas que tu mente, ahora, es positiva. Recuerda que existe mucha gente egoísta en la vida, pero no te preocupes por ella, sino por aquellos, que como tú, necesitan de un amigo que los ayude a salir del hoyo económico. ¡Prepárate y adelante! Entre tú y yo establezcamos una nueva red de mercado, donde tu producto será el valor que le otorgues a tu vida. Hasta pronto.
