El campo ya no vota ¿para qué regarlo? ¿Y el Bandidal apá?
Cada que llegaba la cosecha me hervía la sangre al ver cómo los ejidatarios de la Hermana República de Abasolo armaban pachangones de antología para los inspectores del Bandidal —sí, Banrural, pero así le decían los hombres buenos. Llegaban los ejecutivos del banco, con su libretita y su poder divino para decidir cuánto tenían que pagar los hombres del campo por los avíos. Y claro, había que “convencerlos”: borracheras de varios días, costales de dinero que cambiaban de dueño y una que otra pérdida total… decretada a conveniencia.
Pero los tiempos cambiaron. O eso creíamos.
El Bandidal desapareció, sepultado bajo su propia corrupción, pero al menos —al menos— los hombres del campo tenían voz, participaban en la repartición del presupuesto y ayudaban a que la tierra siguiera produciendo. Hoy ni eso. Hoy protestan porque los apoyos que de verdad servían para sembrar ya no existen, y no por culpa del clima ni de las plagas, sino porque el dinero que antes hacía crecer maíz ahora sirve para hacer crecer votos.
La ecuación del gobierno morenista es sencilla: El campo produce, sí… Pero no produce votos masivos. Así que, ¿para qué regarlo?
Los campesinos, ejidatarios y productores dejaron de importar. El voto corporativista, ese que antes venía del surco, ahora lo encuentran en los adultos mayores, en las madres solteras, en los jóvenes que “se capacitan”, en cualquier grupo que sirva para llenar urnas, aunque no llenen silos.
Porque dinero sí hay… para quienes “conviene”.
Para 2026 repartirán 987 mil millones de pesos en Programas para el Bienestar. En 2025 destinaron casi medio billón solo a las pensiones de adultos mayores. Los discapacitados reciben 30 mil millones, los de Jóvenes Construyendo el Futuro 24,205 mdp, y así sucesivamente con otras joyas electorales.
Para apoyar al campo destinaron menos de 82 mil millones de pesos. Sí. Una mentada de madre si se compara con lo que se gasta en mantener contento al voto seguro.
Este lunes 24 de noviembre, los productores volvieron a protestar. Y claro, seguirán invisibles: representan muy pocos votos en el porcentaje nacional como para que alguien en Palacio levante una ceja. ¿Para qué escuchar al que siembra, si es mucho más barato importar granos y repartir tarjetas?
La lógica es clara: Para Morena, los productores agropecuarios sirven para votar… y nada más.
Que se conformen con becas que “les dan poder” —aunque no les den semillas, ni fertilizante, ni precios justos— mientras el país cambia, se distorsiona y se aleja de lo que solíamos reconocer.
Porque sí, México sigue dando de comer.
Pero cada vez lo alimentan menos los que trabajan la tierra,
y más los que trabajan la urna.
Marco Esquivel
Valle Hermoso, Tamaulipas 1973
Periodista, Agente de Seguros y Consultor Político
Tiene una maestría en Gobierno y Política Pública; un Máster en Gestión de Riesgos y un Máster en Consultoría Política. Es director general del periódico digital HOYTamaulipas.
Como agente de Seguros, en 2024 obtuvo la designación como Máster en Seguros Personales, concluyendo su carrera con el Diplomado en Finanzas Personales y Familiares en el ITAM; cuenta con cédula para intermediar seguros personales, empresariales y agrícola y ganado, en 2025 otuvo su cédula para intermediar Fianzas. Es miembro de la Million Dollar Round Table (MDRT) que congrega a los mejores agentes de seguros internacionalmente.
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