En distintos países del mundo se han registrado periodos marcados por polémicas y escenarios turbulentos en los que han salido a la luz actos de corrupción, nepotismo y abuso de los recursos públicos.

La historia de muchas naciones da cuenta de episodios vergonzosos protagonizados por grupos que, desde posiciones de poder, han utilizado la política y el servicio público para enriquecerse a costa de la ciudadanía, beneficiando a familiares y allegados mediante el mal manejo de los recursos.

Estos grupos, al ver en el servicio público un medio para obtener propiedades y privilegios, han convertido esa práctica en un modus vivendi; al grado de heredar a hijos, familiares o amigos, plazas gubernamentales que, para la ciudadanía común, aun con preparación académica y experiencia profesional, resultan inaccesibles, colocando así a los círculos cercanos al poder con facilidad en cargos de alta responsabilidad, particularmente en aquellos relacionados con el manejo de recursos, y disfrutando de estilos de vida muy distintos a los que tenían antes de asumir el poder, sostenidos con dinero mal habido.

Con el paso del tiempo, estas prácticas desgastan la imagen de cualquier administración pública; hoy, las sociedades son más informadas, críticas y sensibles, y cada vez resulta más difícil engañarlas porque la tecnología y las redes sociales permiten un flujo constante de información y comunicación en todo el planeta.

Un ejemplo fue lo que se vivió en Nepal hace unas semanas, donde la inconformidad social, encabezada en gran medida por jóvenes de la llamada generación Z, surgió a partir de denuncias difundidas en redes sociales sobre presuntos actos de corrupción y nepotismo en el gobierno.

Ante ello, las autoridades decidieron bloquear 26 plataformas digitales, entre ellas Facebook, Instagram y X, lo cual fue interpretado como un ataque a la libertad de expresión y provocó que las protestas se intensificaran y tomaran las principales calles; aunque el gobierno posteriormente levantó el veto, ya era demasiado tarde para contener la inconformidad social, y de acuerdo con Amnistía Internacional, al menos 19 personas perdieron la vida cuando agentes policiales emplearon municiones reales contra manifestantes.

La experiencia de Nepal, muestra el alto grado de descontento que puede generar la corrupción y el nepotismo, y al mismo tiempo evidencia la fuerza de la juventud como motor de cambio, pues la generación Z, compuesta por jóvenes nacidos entre 1997 y 2010, se caracteriza por su vínculo con el entorno digital, su espíritu innovador y su capacidad de organización a través de redes sociales, y cuando se unen en torno a una causa, pueden incomodar o desafiar a cualquier estructura de poder que parecía inamovible.

Este tipo de reacciones debe llevarnos a reflexionar, porque ningún país está libre de estos males; la corrupción y el nepotismo debilitan las instituciones, afectan el funcionamiento de la burocracia y generan inoperancia en el Estado.

Todos tenemos derecho a acceder a un empleo digno, pero los cargos públicos deben ganarse por mérito, capacidad y preparación, no por lazos familiares o cercanía con quienes gobiernan.

El Estado no puede ser visto como una finca personal, en la que, quienes llegan al poder decidan a su antojo sobre los recursos públicos, por el contrario, se requiere gobernantes y servidores honestos, congruentes y comprometidos con la sociedad, porque el despilfarro de recursos y la asignación arbitraria de puestos deben terminar, y el nepotismo debe considerarse como una de las formas más graves de corrupción.

Por ello, lo ocurrido en Nepal, se debe concebir como un recordatorio de que la corrupción y el nepotismo lastiman a las instituciones y encienden la indignación de los pueblos, por lo que, la ciudadanía y en particular la juventud, exige gobiernos decentes, transparentes y cercanos a la verdad, porque el futuro no puede construirse sobre prácticas que pertenecen al pasado.

Así las cosas…

¿Y Usted, qué opina?

Nos vemos a la próxima.

Carlos Álvarez

Analista y Auditor. Consultor Externo. Certificado ante el Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE).

Libros publicados: “El Tamaulipas y el México que Anhelan los Jóvenes para el Siglo XXI”, “El Gran Juicio” y “El Lago Encantado y el Maravilloso Pueblo Azteca”. Escribe en varios medios de comunicación del Estado.