Crisis de donación altruista
Actualmente en varias localidades y regiones del país se vive una profunda crisis de valores que afecta la vida y el bienestar de miles de personas, lo que provoca una repercusión directa a la solidaridad y generosidad a favor de otros seres humanos que enfrentan una necesidad.
Esto impacta negativamente en el bienestar individual y colectivo, aumentando el individualismo e indiferencia hacia los problemas ajenos, y fomentando la indiferencia social.
Esta cultura del individualismo fomenta la falta de compromiso con las necesidades ajenas, lo que resulta en una sociedad más fragmentada y propensa a la indiferencia social.
El país enfrenta diversos retos y desafíos, entre ello se encuentra lo referente a la cultura de donación, por ejemplo, la donación altruista de sangre registra un gran déficit, solo el 5% de las donaciones en México son voluntarias y altruistas.
La donación altruista es el acto de dar sangre, órganos u otros elementos biológicos de forma voluntaria, desinteresada y sin esperar nada a cambio.
Hoy el país necesita crear una cultura de donación altruista permanente, especialmente de sangre, mediante campañas informativas y de concientización que fomenten la solidaridad y la participación ciudadana, cambiando la mentalidad de donar solo por reposición hacia la donación voluntaria y regular. Para lograrlo, se propone implementar estrategias de comunicación efectivas para educar a la población sobre un problema, motivar la acción y cambiar comportamientos, a través de la participación comunitaria permanente y activa.
La donación debe ser vista como un acto de ayuda mutua y participación ciudadana activa, por lo que es vital educar a la población para cambiar la percepción de la donación.
Los desafíos incluyen la necesidad de motivar la donación voluntaria y regular, y fortalecer la infraestructura para cumplir con los estándares de seguridad y eficiencia.
En 2023 se contabilizaron en el país más de un millón seiscientas mil donaciones de sangre; de estas, un 8.3% correspondió a donaciones voluntarias y altruistas, mientras que el 91.7% fue a través del proceso de reposición. Apenas 12 personas de cada mil habitantes donaron sangre y sólo una lo hizo de forma altruista, según el Centro Nacional de la Transfusión Sanguínea (CNTS) y la Secretaría de Salud.
El porcentaje de donadores altruistas son llamados por reposición o familiares, si bien es cierto cada año se incrementa el número de donantes altruistas en nuestro país, los indicadores siguen siendo bajos, en comparación con países donde casi el 100% son altruistas.
Los problemas familiares y sociales pueden disminuir la confianza y afectar la tranquilidad de la población, lo que puede llevar a una menor disposición de ayudar a los demás.
La desconfianza y el estrés tienden a generar una "cultura de la indiferencia", donde las personas se vuelven apáticas ante las necesidades ajenas para protegerse emocionalmente.
La actitud egoísta y superficial ha alcanzado una dimensión global, llevando a un desinterés generalizado por el sufrimiento ajeno. Lo que se percibe en una incapacidad para intervenir y se prefiere la comodidad personal, en lugar de la solidaridad y la cercanía con quienes lo necesitan.
La donación de sangre es fundamental para asegurar el suministro en hospitales y salvar vidas en casos de accidentes, cirugías o padecimientos crónicos.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en su reporte “Disponibilidad y seguridad de la sangre”, la tasa de donación de sangre por cada 1,000 personas es de 31.5 donaciones en los países de ingresos altos, 16.4 en los de ingresos medianos altos, 6.6 en los de ingresos medianos bajos y 5 donaciones por cada 1,000 habitantes en los de ingresos bajos.
Cabe destacar, que el 40% de los 118.5 millones de donaciones de sangre extraídas en todo el mundo se recogen en los países de ingresos altos, donde vive el 16% de la población mundial.
Según el perfil de edad de los donantes de sangre, proporcionalmente los más jóvenes donan sangre en los países de ingresos bajos y medianos que en los países de ingresos altos.
Se requieren de ciertos requisitos para donar sangre como son: gozar de buena salud en general, pesar más de 50 kilos, no haber padecido hepatitis o VIH y tener entre 18 y 65 años. Asimismo, las personas con tatuajes o perforaciones pueden donar sangre después de un año de su aplicación, y los pacientes con enfermedades crónicas como diabetes o hipertensión pueden donar, siempre y cuando sus condiciones estén bien controladas y cumplan con los requisitos generales.
Las tasas de donación altruista son bajas y no alcanzan los niveles recomendados, lo que pone en riesgo la disponibilidad de sangre para emergencias y tratamientos.
La erosión de valores como la solidaridad y la empatía puede debilitar los lazos comunitarios y el sentido de responsabilidad hacia los demás.
La donación de sangre fomenta los lazos sociales al generar un sentido de comunidad, propósito compartido y una cultura de generosidad y apoyo mutuo.
La donación voluntaria como un acto de solidaridad humana es importante para abastecer los bancos de sangre de manera constante y equitativa.
Los datos evidencian un reto social significativo para promover la donación altruista y frecuente, ya que el porcentaje de donaciones espontáneas y de repetición es bajo, lo que subraya la necesidad de campañas de concientización para asegurar un suministro de sangre constante y seguro para aquellos que lo necesiten en cualquier momento.
Así las cosas.
¿Y usted, qué opina?
Nos vemos a la próxima.
Carlos Álvarez
Analista y Auditor. Consultor Externo. Certificado ante el Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE).
Libros publicados: “El Tamaulipas y el México que Anhelan los Jóvenes para el Siglo XXI”, “El Gran Juicio” y “El Lago Encantado y el Maravilloso Pueblo Azteca”. Escribe en varios medios de comunicación del Estado.
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