Ciudad de México.– A través de un decreto presidencial, el Gobierno de México prohibió 35 plaguicidas altamente peligrosos, desde su producción e importación hasta su uso y comercialización, debido a los riesgos que representan para la salud humana y la biodiversidad.

La medida, impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum, marca un cambio histórico en la regulación de agroquímicos, ya que la última prohibición de este tipo ocurrió hace más de tres décadas, en 1991.

El decreto —que será publicado en el Diario Oficial de la Federación— obliga a la Administración Pública Federal a revocar y abstenerse de otorgar permisos para cualquier actividad relacionada con estos productos. Su objetivo es prevenir daños graves a la salud y al medio ambiente, muchos de ellos persistentes en los ecosistemas y la cadena alimenticia.

La decisión forma parte de una estrategia nacional integral, coordinada por las secretarías de Agricultura, Economía, Medio Ambiente y Salud, con enfoque en la producción de alimentos saludables, la protección de los trabajadores del campo y la promoción de una agricultura sostenible.

Además, se trabajará en conjunto con la industria fitosanitaria y la comunidad científica para facilitar el acceso a plaguicidas alternativos de menor riesgo, accesibles para productores pequeños y medianos.

Con esta acción, México reafirma su compromiso con la salud pública, la sostenibilidad ambiental y su adhesión a los Convenios de Estocolmo y Rotterdam, sumándose a la tendencia global hacia una agricultura moderna, segura y responsable.