Al pasar las horas, el mar caribe se vuelve más ardiente, con temperaturas elevadas por el cambio climático y otros factores, como el despliegue militar de Estados Unidos al sur de ese mar.

Hoy, el mar caribe ya registra, entre sus olas de calor marinas, varios barcos destructores y submarinos atómicos que tienen el objetivo de cercar los límites de aguas colindantes con Venezuela.

Las tareas y trabajos de los marines del gobierno estadounidense tienen entre sus encomiendas enfrentar y neutralizar a los grupos delictivos latinoamericanos que contrabandean drogas, fentanilo y otros narcóticos hacia Estados Unidos.

El arribó de barcos, aviones, submarinos y personal de guerra de los Estados Unidos a aguas cercanas a Venezuela   aumenta la tensión diplomática entre ambos países.

El ejército del presidente Donald Trump llega con estrategias, acciones e instrucciones claras y directas para combatir a los grupos delincuenciales dedicados al narcotráfico en los mares del continente americano.

Un contingente de 4 mil marines estadounidenses tiene la función de combatir y detener a los grupos delincuenciales, y no se trata de cualquier tipo de soldados o marinos, sino de elementos que integran unidad élite, agentes de la CIA, Fuerza Delta, Operaciones Especiales e Inteligencia, Rangers, Controladores de Combate de la Fuerza Aérea, así como expertos en evaluaciones tácticas y comunicaciones.

Hoy, las tensiones entre Venezuela y los Estados Unidos van en aumento, después de que Washington incrementara a 50 millones de dólares la recompensa por cualquier información que conduzca a la captura del presidente venezolano, Nicolás Maduro.

Recientemente, la Oficina del Departamento de Estado, en su cuenta de X, destacó que Estados Unidos designó al Cártel de Los Soles, con sede en Venezuela, como organización terrorista, grupo delictivo que EE. UU. considera que es administrado por el dictador Nicolás Maduro.

El Departamento del Tesoro y Washington tomaron la decisión de incluir al Cártel de Los Soles en la lista de organizaciones terroristas, y el gobierno estadounidense ha considerado asumir todos los recursos a su disposición para impedir que Maduro siga beneficiándose de la destrucción de vidas estadounidenses.

Es muy difícil que se repitan escenarios como las operaciones “Causa Justa” o “Amanecer Rojo”, que llevaron al derrocamiento, captura y juicio político de los dictadores Manuel Antonio Noriega (20 de diciembre de 1989), acusado por cargos de lavado de dinero, narcotráfico y vínculos con el cártel de Medellín de Pablo Escobar; y Saddam Hussein (13 de diciembre de 2003), aunque sería posible que algo similar ocurriera en Venezuela.

Cabe destacar que durante los mandatos de los expresidentes George H. Bush (padre) y George Bush (hijo) se llevaron a cabo esas detenciones.

Con esos operativos se luchó contra el terrorismo, democratizar la región y la conclusión de régimen autoritarios de ambos líderes.

Sin embargo, Washington hoy considera al gobierno de Nicolás Maduro como un gobierno mafioso, que trabaja y protege al narcotráfico, con una gran crisis humanitaria y que ejerce una fuerte represión contra sus ciudadanos.

Son varias las estrategias y los escenarios que podría aplicar la administración del presidente Donald Trump para derrocar a Maduro, y no se puede descartar una intervención militar como las ocurridas en el pasado, como en el caso del derrocamiento del dictador y mafioso Manuel Antonio Noriega, en la que los Estados Unidos contribuyeron a instalar un gobierno democráticamente electo en Panamá.

El presidente Maduro se encuentra nervioso y cercado, al grado de haber desplegado a más de 4 millones de venezolanos para defender su territorio en caso de que ingresen fuerzas estadounidenses.

La trama que hoy se vive es prometedora, con el despliegue de fuerzas estadunidenses en el mar Caribe, con buques de primera generación y de alto impacto bélico como el USS Gravely, USS San Antonio, USS Sampson o el destructor USS Iwo Jima. 

En las próximas horas o días veremos cuál será el destino y el desenlace de esta gran trama…

Así las cosas…

¿Y Usted, qué opina?

Nos vemos a la próxima…

Carlos Álvarez

Analista y Auditor. Consultor Externo. Certificado ante el Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE).

Libros publicados: “El Tamaulipas y el México que Anhelan los Jóvenes para el Siglo XXI”, “El Gran Juicio” y “El Lago Encantado y el Maravilloso Pueblo Azteca”. Escribe en varios medios de comunicación del Estado.