Hoy es Viernes 07 de Noviembre del 2025


La fragilidad de las certezas

Por: Ricardo Hernández El Día Sabado 09 de Agosto del 2025 a las 21:35

La Nota se ha leido 733 veces. 1 en este Día.

 

Nos enseñaron a buscar certezas como quien construye una casa sobre roca firme. Queríamos respuestas definitivas, verdades que no se movieran. Soñamos con el reposo de lo incuestionable. Y así crecimos, aferrándonos a todo lo que sonara seguro.

Pero la vida, con sus dedos invisibles, empezó a deshacer esos muros sin hacer ruido. Lo que ayer era piedra se tornó arena movediza bajo nuestros pies. Las seguridades se disolvieron como niebla al sol. El suelo firme se volvió una ilusión.

He aquí la paradoja: confiamos en certezas eternas, pero ellas mueren con nosotros. Las ideas, los dogmas, las convicciones envejecen, se quiebran y caen. Y al romperse no solo caen ellas, caemos nosotros con ellas. La certeza es un cristal fino y efímero.

El problema no es la duda, sino la arrogancia de creer que no íbamos a dudar jamás. Pensamos que lo real era un escenario fijo, pero es una escena cambiante y efímera. Como un río que muerde sin pausa la orilla, la vida erosiona lo que creímos inmutable.

Una existencia fundada en la seguridad es una vida sin vértigo ni asombro. Y el misterio, aunque temido, también es semilla. Sin preguntas no hay profundidad, sin incertidumbre no hay vida que se expanda. La repetición es un espejismo que encierra.

¿Y si nuestras certezas fueran apenas refugios que temen la tormenta? ¿Y si la verdad no se encierra en fórmulas, sino que respira como nosotros? ¿Y si aprender fuera más valioso que tener razón? ¿Y si la duda fuera un acto de fe?

Afirmar con fuerza puede ser una carga que aprisiona. Hay que tener el valor de corregir el rumbo. Lo que hoy parece claro, mañana puede abrir fisuras invisibles. Vivir es aceptar la posibilidad constante de equivocarse.

La mente humana no está hecha para lo inamovible. Necesitamos revisar y desmontar para construir mejor. Toda certeza tiene fecha de caducidad. El conocimiento se convierte en sabiduría cuando reconoce sus límites.

He aquí el absurdo: deseamos certezas para evitar el sufrimiento, pero la sed de certezas es la causa principal del dolor. Querer tenerlo todo claro ciega. La claridad se quiebra fácil y duele más que la duda. El dolor nace de no aceptar lo incierto.

Hay quienes prefieren el engaño apacible a la verdad inquietante. Se aferran a ideas caducas que ya no laten. Esas ideas pesan como sombras que impiden ver lo nuevo. El pasado que no se suelta es cárcel y trampa.

Intentar encerrar la verdad la deforma. Lo real es demasiado complejo para caber en un dogma. La vida tiene muchas aristas, y solo en la humildad se descubre su fulgor. La certeza absoluta es un espejismo que ciega.

Las grandes transformaciones surgen del cuestionamiento. Los pensadores más lúcidos no buscaron respuestas fijas, sino preguntas que abren puertas. La lucidez es una actitud, no un destino. Escuchar lo que duele es parte de la verdad.

La fragilidad no es un defecto, es la esencia humana. El cuerpo, las emociones, la fe y el lenguaje son inestables. Solo quien abraza esa fragilidad puede vivir con profundidad. La rigidez se quiebra; la flexibilidad perdura.

Ser flexible no es carecer de creencias, sino no aferrarse a ellas. Es decir “no lo sé” sin miedo, sin perder el rumbo. Es caminar sin muletas ideológicas. Es sostenerse firme en medio del vendaval.

Hay más verdad en el asombro que en la certeza inflexible. El que se asombra reconoce su ignorancia. Y ese reconocimiento es la raíz de la sabiduría. Una sabiduría que no impone, que acompaña con respeto.

El mundo cambia y nos cambia a cada instante. Las personas y nuestras certezas se transforman sin pausa. La historia está hecha de verdades en tránsito, a veces contradictorias. El cambio es la única constante.

Aceptar la contradicción no es debilidad, sino coraje. Se requiere fortaleza para renunciar a la necesidad de tener siempre razón. La humildad intelectual es una madurez que genera paz interior y diálogo.

La mente que duda se mantiene viva. La que se cierra, muere en vida. No es el conocimiento lo que da vida, sino la apertura. Y esa apertura demanda valentía y paciencia.

Valentía para mirar lo que no encaja. Para admitir errores y soltar ideas muertas. Para buscar, una y otra vez, lo que palpita bajo la superficie. Para caminar en la niebla con paso firme.

Porque lo que late cambia de ritmo y color. La vida no es un esquema rígido, sino un flujo impredecible. Amar también implica perder. Y creer significa volver a empezar una y otra vez.

La certeza absoluta es incompatible con la experiencia humana. Siempre hay algo que se escapa, que nos descoloca. En ese desconcierto nace lo genuino. Ahí florece la autenticidad.

Solo en la fragilidad se encuentra lo verdadero. No porque sea débil, sino porque es real y tangible. Lo que puede romperse es también lo que puede ser tocado. Lo invulnerable no vive, es una sombra.

Tal vez por eso buscamos certezas: porque tememos estar solos en la incertidumbre. Pero no estamos solos. Nos tenemos unos a otros. Y también tenemos derecho a no saber y a perdernos.

Habitar esa ignorancia con dignidad es una forma de sabiduría. No todo precisa respuesta ni cierre. Lo abierto también tiene su belleza. Y la duda puede ser un espacio para descansar.

La búsqueda no es enemiga de la paz, es su aliada. Vivir en búsqueda es vivir despierto. Es decir “esto creo”, pero con la mano abierta. Es dejar que la verdad respire y se transforme.

La verdad, como la vida, es movimiento constante. Todo lo que se estanca muere lentamente. Por eso nuestras certezas deben tener raíces firmes, pero también alas ligeras. Aprender a soltarlas es aprender a vivir.

 

 

 

 

Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista

Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.

DONA AHORA

Para que HOYTamaulipas siga ofreciendo información gratuita, te necesitamos. Te elegimos a TI. Contribuye con nosotros. DA CLIC AQUÍ


DEJA UN COMENTARIO

HoyTamaulipas.net Derechos Reservados 2016
Tel: (834) 688-5326 y (834) 454-5577
Desde Estados Unidos marque: 01152 (834) 688-5326 y 01152 (834) 454-5577