Matamoros, Tamaulipas. - La creciente presión migratoria y las redadas realizadas en distintos puntos de Estados Unidos han dejado una secuela dolorosa para muchas familias de origen latinoamericano: la separación de seres queridos, afirmó el coordinador de la Pastoral de Movilidad Humana de la Diócesis de Matamoros-Reynosa, Francisco Gallardo López, quien señaló que este fenómeno representa una de las tragedias más desgarradoras del actual contexto migratorio.

“La separación de las familias es gravísima. Es un sufrimiento enorme. Yo no sé si las personas que propician estas situaciones, por intereses que van mucho más allá, tengan alguna especie de humanidad para sentir el dolor de esa separación. Lo digo con todo el corazón: es algo que duele profundamente”, expresó.

El sacerdote explicó que desde su labor pastoral ha escuchado decenas de testimonios de migrantes que han sufrido rupturas familiares tras ser detenidos o deportados. Indicó que muchos niños, jóvenes e incluso adultos, comparten su historia con él y con otros miembros de la Iglesia, relatando el drama de haber sido separados de sus padres, hermanos o hijos.

“Todo el mundo aquí sabe lo que pasa en el Valle de Texas. Estamos muy cerca, compartimos mucho con ellos, y es común escuchar cómo estas situaciones afectan directamente a quienes viven aquí o tienen familiares del otro lado. Los migrantes son nuestros hermanos, y nos lo cuentan todo”, añadió.

Gallardo López comentó que en las últimas semanas no ha percibido una nueva ola de llegadas masivas, pero sí tiene conocimiento de personas que han optado por regresar a México, debido al temor de ser detenidas en redadas o deportadas.

“Algunos han regresado por miedo. No quieren correr el riesgo de ser separados de su familia. Esta es la realidad que estamos viviendo hoy”, lamentó.

Desde la Diócesis, dijo, se mantiene el acompañamiento a las personas migrantes con orientación, apoyo espiritual y atención a sus necesidades básicas. También reiteró el llamado a las autoridades para que se respete la dignidad humana y se considere el impacto devastador que estas políticas migratorias tienen sobre los núcleos familiares.

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