Reynosa, Tamaulipas. — Con el corazón roto y un profundo dolor, familiares, amigos y compañeros de escuela se reunieron para despedir a Ruth, una niña de apenas nueve años cuya vida se apagó trágicamente el pasado fin de semana en un accidente automovilístico ocurrido en Matamoros.

El siniestro, que ha conmocionado a la comunidad, también dejó gravemente herida a su hermana menor de cinco años, quien continúa hospitalizada en estado delicado, luchando por su recuperación.

Durante la emotiva ceremonia de despedida, el ambiente se llenó de silencio y lágrimas. Globos blancos y rosas fueron liberados al cielo como símbolo del amor puro que siempre rodeó a Ruth. Flores, abrazos y palabras de consuelo acompañaron el adiós a una pequeña cuya presencia iluminaba la vida de todos los que la conocieron.

“Era un rayito de sol en nuestra familia. Siempre tenía palabras bonitas para todos”, recordó una madre entre lágrimas. Sus compañeros de clase la describieron como una amiga generosa, entusiasta y siempre dispuesta a brindar una sonrisa. Ruth no solo era una excelente alumna, sino también un alma sensible que tocó corazones con su ternura y alegría.

Su madre, visiblemente conmovida, agradeció el apoyo de la comunidad y compartió unas palabras en honor a su hija:

“Nos duele mucho su partida, pero agradecemos cada segundo que la tuvimos en nuestras vidas. Nos deja un ejemplo de ternura, de alegría y de amor puro”.

El accidente que le arrebató la vida a Ruth ha provocado una ola de solidaridad en Reynosa. Vecinos, amistades y conocidos se han unido en oración por la recuperación de su hermana menor, y han mostrado su respaldo a la familia en estos momentos de profundo dolor.

Aunque Ruth ya no está físicamente, su recuerdo sigue vivo en cada rincón que tocó con su sonrisa. Reynosa llora la partida de una niña especial, cuya luz seguirá brillando en la memoria y el corazón de quienes la amaron.