En el camino hacia la igualdad, las mujeres hemos enfrentado incontables barreras. Hemos luchado por el derecho a votar, a estudiar, a decidir sobre nuestros cuerpos, a ocupar espacios de poder. Y aunque hemos avanzado, la violencia de género sigue siendo un obstáculo real y persistente, especialmente cuando nos atrevemos a alzar la voz y asumir liderazgos.

Hoy, en el marco del 8M, reflexionamos sobre la urgencia de erradicar todas las formas de violencia que buscan despojarnos de nuestra dignidad. No solo la violencia física, sino también la simbólica, la verbal, la política. Esa que intenta reducirnos a nuestra apariencia, desacreditar nuestro trabajo, invalidar nuestras decisiones solo por el hecho de ser mujeres. Esa que se disfraza de "crítica" pero que en realidad es una estrategia para mantenernos en silencio.

A lo largo de la historia, las mujeres hemos sido juzgadas por todo, menos por nuestra capacidad. Nos dicen cómo debemos vernos, cómo debemos comportarnos, qué tanto debemos hablar. Y cuando decidimos romper esas reglas impuestas, la reacción es inmediata: ataques, burlas, intentos de humillación. ¿Cuántas de nosotras no hemos sido objeto de comentarios que nada tienen que ver con nuestro desempeño, sino con nuestra imagen? En la política, en los medios, en el trabajo, en nuestras propias casas, se nos exige más y se nos respeta menos.

Pero lo decimos claro: no nos van a callar. Nosotras no llegamos a estos espacios por casualidad ni por concesiones. Estamos aquí porque trabajamos, porque demostramos con hechos que somos capaces, porque no aceptamos que la misoginia defina nuestro destino. Porque cuando una mujer avanza, abrimos camino para muchas más.

Referentes como la presidenta Claudia Sheinbaum han demostrado que las mujeres gobernamos con inteligencia, con resultados y con una visión que transforma vidas. Su liderazgo ha sido un faro para miles de mujeres que hoy saben que no hay límites cuando se lucha con convicción. Como ella lo ha dicho: "No llego sola, llegamos todas". Y en efecto, cuando una mujer rompe un techo de cristal, todas nos fortalecemos.

En Nuevo Laredo hemos trabajado por una ciudad donde las mujeres puedan vivir con dignidad, con oportunidades y con seguridad. No permitiremos que la violencia, venga de donde venga, nos arrebate lo que hemos logrado. No podemos normalizar ni tolerar los ataques que buscan relegarnos al silencio o al miedo.

Hoy, en el Día Internacional de la Mujer, no solo conmemoramos una lucha histórica, sino que reafirmamos nuestro compromiso de seguir avanzando. De no retroceder ante el machismo que aún persiste. De seguir conquistando espacios con la frente en alto, con determinación y con la certeza de que el futuro es nuestro.

No estamos solas. Somos muchas. Y juntas, somos imparables

Carmen Lilia Canturosas Villarreal

(Nacida el 28 de marzo de 1975 en Nuevo Laredo, Tamaulipas) es una política mexicana y abogada. Actualmente, se desempeña como presidenta municipal de Nuevo Laredo para el período 2024-2027. Es hija del exalcalde Carlos Canturosas y hermana de Carlos Enrique Canturosas, también exalcalde de la ciudad. Antes de su cargo actual, fue regidora y diputada local en Tamaulipas.