Momento histórico en Chile, nuestros hermanos chilenos votaron en un plebiscito reemplazar la actual constitución, redactada durante el régimen militar de Augusto Pinochet (1973-1990). Se plantearon dos preguntas:

"¿Quiere usted una nueva constitución y qué tipo de órgano debiera redactar la Nueva Constitución?

Para la primera, el apruebo ganó por 5.885.721 votos (78,27%) frente a 1.633.932 votos (21,73%) del rechazo y para la segunda los chilenos optaron por una convención constitucional y escogieron una convención constituyente, que estará formada por 155 ciudadanos elegidos en su totalidad por voto popular. Habrá que resaltar que este se convierte en el proceso electoral con mayor cantidad de votos en la historia del país. Previamente en 1988 habían realizado un plebiscito en el cual dieron por finalizado el régimen del muy controversial Augusto Pinochet. Según un artículo emanado del BBC News comenta que en cuanto al voto en el extranjero, el apoyo a la redacción de una nueva Carta Magna sobrepasaba el 80% con más del 95% de los votos escrutados.

La participación fue superior al 50%, pese a las restricciones por la pandemia de covid-19 y con esa cifra se sitúa como la elección con mayor cantidad de votantes desde el regreso de la democracia. "Hoy hemos demostrado nuevamente la naturaleza democrática, participativa y pacífica del espíritu de los chilenos y del alma de las naciones honrando nuestra tradición de república", afirmó Sebastián Piñera, presidente de aquel país. Agregando que:

 "Este plebiscito no es el fin, sino es el comienzo de un camino que juntos deberemos recorrer para acordar una nueva constitución para Chile, hasta ahora la constitución nos ha dividido. A partir de hoy, todos debemos colaborar para que la nueva constitución sea el gran marco de unidad, de estabilidad y de futuro", agregó.

El cambio de constitución fue una de las demandas hechas tras el estallido social de octubre de 2019, que dio lugar a las manifestaciones más masivas desde el regreso de la democracia en 1990 y desencadenó episodios de violencia que derivaron en la muerte de más de 30 personas y 2.250 querellas de violación de los derechos humanos. Había un gran sentimiento de injusticia y de querer hacer cambios fundamentales para el beneficio de su pueblo y por ende del país.

En lo personal me alegra ver que la gente se junta y exige democracia, los gobernantes nunca deben de olvidarse que no son plenipotenciarios y que siempre deben escuchar a la ciudadanía, así como la ciudadanía nunca debe de olvidarse que ellos no se convierten en reyes o virreyes llegando a los puestos, sino que son nuestros representantes. Y de manera muy especial siento afecto por mis hermanos chilenos ya que en los años que viví en E. U. fue una familia chilena la que siempre nos brindó una sincera amistad y ayuda, quien por cierto el padre de familia era de la fuerza aérea chilena exiliado tras el golpe de estado de Pinochet y por eso tuvo que irse de su país.

Bendiciones para ellos, así como para todos los chilenos por defender la democracia y poner un ejemplo para el mundo, el proceso no será fácil pero su gallardía y patriotismo ya marcó una diferencia que espero tenga olas en otras partes del mundo. ¡La “furia roja”!

Reflexión

 “El valiente vive hasta que el cobarde quiere” o en otras palabras, menos tembladera y más tesón…

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)