Juegos de poder
La privatización en México desde sus inicios en la década de los 80 tuvo como resultado una crisis económica cuyo detonante fue el peso de la deuda externa, (que sigue siendo el Talón de Aquiles de los gobiernos del país) o que envolvió la reestructuración el gobierno: pasó de productor y distribuidor a mercader de los bienes del Estado, con la complacencia de los entonces diputados federales que se prestaron para este negro negocio.
Revisando documentos sobre este tema, nos encontramos con que el proceso de privatización de bienes ha tenido tres etapas.
De acuerdo con datos recabados de 1988 a 1999 se llevan a cabo la privatización de varias empresas entre las más importantes, la banca, siderurgia y Teléfonos de México…
En el año 2000 se hacen más notorias estas pignoraciones, cuando el presidente Ernesto Zedillo vende los ferrocarriles y la comunicación vía satélite.
De estas ventas de bienes de la nación, en realidad nunca se ha sabido a ciencia cierta, a donde fue a parar el usufructo obtenido por su comercialización, ni en qué términos se hizo el convenio de traslado de estas propiedades estatales.
De las empresas vendidas están bancos,
Ferrocarriles, aerolíneas, industria siderúrgica e industria azucarera, y un bloque de propiedades del país que no tuvieron ningún rubor en trasladar a manos de empresas, unas nacionales, y otras extranjeras.
Estos comentarios vienen a cuento por la decisión del Presidente Andrés Manuel López Obrador de vender el avión presidencial, adquirido en la administración de Felipe Calderón, con un gravoso costo para la pobre economía mexicana y que no tenía más uso, que trasladar cómodamente primero al presidente panista y después a Enrique Peña Nieto cuando salían al extranjero.
Y en este sentido, si han sido valederas las críticas de AMLO a esta costosa aeronave sin ningún provecho para el país, que no fuera la “la comodidad, confort” de los mandatarios y sus colaboradores que los acompañaban.
Una vez que asumió, el actual Presidente determinó no usarlo.
Esa sigue siendo su intención. Pero el también denominado “José María Morelos y Pavón” no ha podido ser vendido y se encuentra actualmente almacenado en un hangar
Lo cierto es que la oposición a AMLO, festeja el fracaso por la venta y rifa del avión de marras, y es criticado por no tener la oportunidad de deshacerse de esa costosa máquina aérea cuyo costo de mantenimiento es bastante alto y gravoso para el país.
Y la pregunta es; porque después de haber vendido tantos bienes propiedad del país, en distintas y desastrosas administraciones, desde Miguel de la Madrid hasta Enrique Peña Nieto que dejaron al país tambaleando, hoy critican al López Obrador por tratar de deshacerse de un bien que no se necesita para las actividades del gobierno y su costo de mantenimiento es excesivo.
Ni hablar, privatizaciones y ventas de aviones, tal parece que son un juego de poder.
Tito Reséndez Treviño
Licenciado de Derecho por la UNAM
Diputado Local 1984-1986
Presidente Municipal de Victoria 1987-1989
Director de la Biblioteca Marte R. Gómez
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