Cuando hablamos de los medios de comunicación, nos estamos refiriendo al llamado cuarto poder, expresión que se usa ya desde hace décadas para hacer referencia a la importancia o influencia que tienen los medios de comunicación sobre la sociedad y muchas veces enfocados a temas políticos. En la actualidad se ha diversificado muchísimo el poder hacer llegar noticias para la gente pero no queriendo decir que por ello sea mejor en cuanto al contenido o formas de actuar de los medios. En este ámbito como en los demás se mueven mucho los intereses y malamente se fue convirtiendo (nunca generalizando) en una especie de perverso cabildeo entre los que dan las noticias y aquellos que quieren manipular la información.

Tendríamos que empezar por decir que el periodismo es una muy noble profesión, el poder comunicar desde la plataforma que sea debe ser algo que siempre se tome con mucha seriedad, ya que los medios así como son un enlace sustancial entre los acontecimientos cotidianos y la sociedad, también pueden ser un arma utilizada para la opresión social, como en nuestro país lo vivimos muchos años. Como el caso de los sindicatos, surgieron por la necesidad de defender una buena causa pero con el paso de los años se convirtieron en instituciones de control político. Cuando se es dueño de un medio pues claro que se busca la monetización por un trabajo muchas veces mal remunerado y es allí cuando se abren las puertas para los “arreglos”.

Con esto no estoy satanizando el gremio, para muchos que sé llevan años cumpliendo con su labor de informar, mi más grande respeto, conozco sobre lo difícil que puede ser el ámbito pero también conozco sobre lo gratificante. Lo que sí es un hecho es que se manejan intereses cupulares, políticos y monetarios,  y con eso se cae en la perdida de la esencia de realizar algo por el valor del impacto de un buen trabajo periodístico, que conlleva a ser sujeto de modificar o hacer a un lado los ideales para dar paso a la conveniencia. Y algunos han convertido esto en todo un arte y lo reflejan en su forma de conducirse que rayan mucho en el llamado “amarillismo”.

Literalmente el poder de la prensa es tal que puede o parar guerras o iniciarlas…

Recordando en especial una plática reciente con un amigo en donde surgió su petición por abordar este tema, comentábamos sobre ejemplos. Para dar uno de contexto actual tomaré un pequeño ejemplo de la situación del cobro de la tarifa del agua.  En fechas recientes al publicarse en el periódico oficial (Tamaulipas) lo del incremento a la tarifa, los medios en su mayoría tomaron el tema para recriminar, endilgar culpas y con toda la intención generar un mayor desencanto social focalizando la animadversión en ese tema en especial. ¿Ahora porque es de resaltar?, porque precisamente los medios desde hace años saben que es un cobro que se hace por cuestiones regulatorias de ley año tras año e inclusive la mayoría sabe que el incumplir con esto representaría una penalización monetaria fuerte para el Organismo.

 Pero eso no lo dicen, muchos la tomaron como si hubiese sido una novedad cuando la verdad no lo es. Y eso lo he platicado con amigos y amigas periodistas y la mayoría y sin mencionar nombres me dijeron que estaban conscientes de ello. Solo que en el contexto social actual servía de nota para “levantar ámpula” por las razones que cada cual o los medios para los que trabajan tuvieran.  Hace años salió una película titulada “Wag the Dog”, donde actúan Dustin Hoffman y Robert De Niro, la verdad recomiendo la vean, si lo llegan a hacer verán que es algo que hasta la fecha se hace y para los mismos propósitos. La manipulación de la información la convierten en un arte para beneficio del mejor postor o de sus propios intereses.

Que quede claro y para efectos de que mis amigos del gremio no se sientan ofendidos por mi punto de vista, eso pasa y sabemos que así se manejan las cosas, eso son hechos, con esto no endilgo ni me interesa hacerlo culpas personales para nadie, solo expongo que el sistema así funciona y hay quienes lo aprovechan así. De mi parte si ustedes quieren solo soy un perro ladrando, un can que aprendió a teclear y expresarse por estas vías. Hace días se anuncio que ya no habría venta de alcohol, que se impondría una ley seca por las circunstancias de la pandemia que atravesamos. Los depósitos y las tiendas se llenaron, la venta de cerveza, vinos, etc., fue impresionante, miles de personas no repararon para hacer sus compras.

¿Y esto que nos dice sobre nuestra sociedad, no será una nota también por de más interesante para publicar?

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)