Este virus nos ha demostrado que en cualquier momento la vida nos puede sorprender con algún mal, un agente dañino, algún padecimiento que después se vuelva pandemia y comienzos de histeria. En todo el mundo se ha propagado este virus, causando que los países tengan que tomar medidas extraordinarias para salvaguardar la salud de las personas. Temor fuerte entre la sociedad es lo que ha causado, aunado con la exageración de los medios amarillistas que sobre explotan para perversos fines tales acontecimientos. El mundo se conmociona ante la lamentable pérdida de de vidas y los miles de casos de contagio. Se vacían las tiendas, la gente se guarda en sus hogares y muchos toman medidas estrictas de no contacto físico. En efecto, este virus se ha propagado rápido y causado un mal en el mundo, tal cual el ser humano lo ha hecho por décadas y décadas.

Nosotros como especie hemos sido la más dañina para este planeta, nosotros hemos o matado, permitido o dejado que miles de especies se extingan, que ecosistemas desaparezcan, contaminando y acabándonos los recursos naturales de este hermoso planeta que llamamos tierra. Ahora que nos toca a nosotros si nos da miedo y estamos muy contemplativos ante una difícil realidad. Ese es el miedo que miles de hermanas especies de animales y plantas nos tienen a nosotros, por ser unos depredadores perversos e insaciables. Ahora si seguimos patrones de conducta preventivos y nos hermanamos para cuidarnos, cuando generalmente en nuestras vidas y sociedad somos bélicos y muy intolerantes.

Tiene que llegar una mutación viral para espantar y demostrar una fragilidad emocional existente a los humanoides mutantes.

Como las corridas de toros, todos festejan la atrocidad de ir matando a un animal y lo llaman y consideran todo un espectáculo, y cuando este muere todos aplauden. Pero cuando el toro logra herir y dar sendas cornadas al torero, la afición se consterna, preocupa y hasta reza por la salud del matador. Tarde o temprano un toro logra sorprender al torero como venganza milenaria de los animales hacia los verdaderos animales. El COVID-19 más que una pandemia debería ser un punto de inflexión en nuestras vidas.

Que en paz descanse el gran “Perro” Bracamonte

Ayer tristemente falleció Juan José Bracamonte Zavala, ex jugador profesional de futbol con el equipo de Cuerudos y las jaibas bravas de Tampico. Muy querido por la afición victorense siendo un férreo competidor y ganándose el mote de “perro” impuesto por Adrian Avilés, porque decía él que los hacía garras. El silbato de su partido llamado vida sonó para marcar el fin, mientras miles de aullidos celestiales se escuchaban al conmemorar la vida del tremendo personaje que fue el gran Perro Bracamonte. En paz descanse siempre…

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)