Para aquellos lectores de pasadas colaboraciones de su servidor, deben acordarse que he expresado en varios escritos mi gusto y afición por los deportes, aparte del hecho de haberlos practicado con un nivel de alta competitividad por años de mi vida. Uno de los deportes en los cuales pude destacar e inclusive llegar a recibir invitación por parte de visores de equipos profesionales, es el futbol. Recientemente platicaba con amigos apasionados por este bello deporte y me comentaban sobre su punto de vista acerca de esta nueva etapa del Correcaminos, con singular sentimiento expresaban su alegría y consentimiento por la manera destacable en cómo se está manejando la nueva administración del club encabezada por el Ing. Miguel Mansur Pedraza.

“Como aficionados de vida del Correcaminos sabemos que la afición no está para nada contenta con los resultados de las pasadas temporadas, mucha ilusión como siempre pero carente de resultados e inclusive de arraigo. Esos años que nos daba gran felicidad de portar la playera naranja quedaron atrás, no es el hecho de ser negativo sino es pintar un panorama real del sentimiento del aficionado” comentó uno de ellos.

Y claro que con justa razón lo hacía, desde la gloriosa época de aquellos aguerridos guerreros que dieron enorme felicidad compitiendo fuertemente en la primera división, exceptuando los años en que se jugaron dos finales en periodo cercano, no ha existido otra etapa en la vida del club en donde verdaderamente se experimentara una comunión sólida entre aficionado, jugador y el mismo club. Salir avante en torneos competitivos no es fácil pero la actitud de entregar todo en el campo y por la causa naranja es algo que nunca se debe de perder. Para los jugadores, cuerpo técnico y directivos, el representar al Correcaminos y por ende a una afición, ciudad y estado, debe ser un alto honor asi como una responsabilidad que sientan en las venas y en el corazón. Directivas frías así como jugadores apáticos no deben de tener cabida en clubes de futbol y menos en nuestro tan querido Correcaminos.

O como bien expuso otro amigo:

“A nosotros (aficionados de arraigo) nos duelen las derrotas, nos da una enorme felicidad cuando ganan pero también una tristeza grande cuando pierden. Y no es que exija uno que siempre sean campeones o inclusive levantar un trofeo, aunque esto sea el anhelo de todos, sino es ver que se tiene una mística, una garra, una entrega total que haga esa conexión entre el equipo y la afición.”

Tomando en cuenta lo antes expuesto, es de resaltar entonces la singular manera en como “la raza” está reaccionando ante el sello que le están imprimiendo en este comienzo de la nueva administración, desde el mensaje emanado por la directiva del club, la reunión con ex jugadores de épocas de antaño, el regreso a la esencia naranja, el nuevo uniforme, el proceso de contratación, resaltando la del “Gullit” Peña, entre otros factores, está haciendo que la esperanza crezca y que aficionados decepcionados estén volviendo a engancharse con el equipo. Esto de inicio habla de una concepción clara de lo que quieren y buscan los directivos, los resultados se darán conforme se vayan amalgamando conceptos precisos así como una interlocución cualitativa interna y externa.

“A mí en lo personal me ha sorprendido gratamente el ver que retomen un rumbo claro, se siente como regresar a las raíces fuertes del equipo, primero tenía mis dudas acerca del nombramiento de Mansur, sabía que es un conocido empresario e inclusive con experiencia política, ¿pero que iba a aportarle él al club correcaminos? era mi gran duda. Como alguien que jugó desde niño en torneos locales y después años en fuerzas inferiores del Corre, sé bien que muchas cosas no se manejaban como deberían, la falta de apoyo interno, los directivos más preocupados por lo económico que lo deportivo, entre otras tantas cosas, hacen que uno se vuelva escéptico y hasta muy crítico. Pero al menos en este arranque me da gusto ver que las cosas parecieran tomar un rumbo diferente y más apegado a lo que siempre debió de ser.” Puntualizó otro de los congregados.

En estos días desempolvé una bandera que compré en aquella final hace ya algunos años contra Puebla y haciéndolo me trajo grandes recuerdos de la época y hasta del bonito gol de tiro libre en contra del “Mortero” Aravena. Muchas cosas me han decepcionado al paso de los años, como la final en la que se vendieron ante Tigres, de la cual nunca se me ha quitado el sabor amargo. Pero con esperanza y optimismo en verdad espero este sea el inicio de una nueva era que vuelva a traer alegrías a toda la afición azul-naranja. En fechas póstumas trataré de cumplir la petición a uno de los presentes, la cual consiste en poder ver la manera de entrevistar al nuevo presidente del Club para indagar más en la visión que él tiene para el equipo.

Hablando de guerreros del campo…

De aquí envió un fuerte abrazo al siempre aguerrido y por demás estimado Don Juan “El Perro” Bracamontes, así como a los integrantes del legendario equipo de los Cuerudos, precursores del Correcaminos. Mi más alta estima y respeto. 

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)