Sucede siempre, después de que ocurren las tragedias la gente se lamenta y las autoridades hablan de implementar o fortalecer acciones para prevenir incidentes lamentables.

El problema es que muchas veces los dichos no pasan a los hechos, o cosa peor, cuando las autoridades implementan programas para evitar tragedias en las instituciones educativas, como la operación mochila, resulta que son los mismos padres de familia los que se oponen, muchos hasta se hacen los ofendidos aunque ni siquiera tengan control sobre sus hijos.

Bueno, se han visto casos en los que los mismos padres de familia  se amparan en los derechos humanos, aseguran que se viola la intimidad de los jovencitos, que nadie tiene derecho a violentar la privacidad de sus hijos e hijas, no entienden que no es atentar, es prevenir, pues en ocasiones el padre o madre son los últimos que se enteran de lo que hacen sus muchachos.

Además, ¿Que  les pueden encontrar en sus mochilas a buenos muchachos o muchachitas que les pueda humillar o avergonzar? Nada, preservativos a los jovencitos o protectores para el ciclo natural de las mujercitas no es ningún delito ni objeto burla o humillación.

Definitivamente en estos tiempos la sociedad se ha relajado, los valores escasean, los padres tienen, por comodidad o trabajo, menos tiempo para estar al pendiente de los jovencitos, muchas veces no conocen ni siquiera a sus amigos, no saben con quien se juntan, que lee, que ven, cuál es su sentir o actuar fuera del hogar.

Razón por la que las acciones como la operación mochila, realizada con respeto y supervisada por padres de familia, derechos humanos y autoridades escolares es una opción para ver que cargan los jovencitos y nadie debería oponerse, es por el bien de todos.

Sin duda alguna la operación mochila es buena, pero, insistimos porque esto ya lo habíamos dicho, es mejor que en el hogar nos demos tiempo para platicar con nuestros hijos, que tengan la confianza para que ellos mismos les digan a sus padres que cargan y porque.

Aceptar que en las instituciones escolares se aplique la operación mochila para revisar que los estudiantes traigan armas o sustancias dañinas  es bueno, pero lo más importante es que los Padres se preocupen por que la mochila del corazón y la razón de los niños y jóvenes estén en orden. Dedicarles tiempo de calidad, demostrarles amor, darles confianza, enseñarles a valorarse y valorar, eso da la fuerza suficiente para blindarse ante cualquier influencia nociva y evitar malas acciones.

Se requiere que desde el hogar se supervise que en la mochila del corazón no carguen resentimientos, odios, desamor o dolor. Que en la mochila de la razón no tengan malos pensamientos o frustraciones, y si cargan algo malo los padres aplicarse con responsabilidad y sensibilidad demostrándoles que tienen la fuerza de la familia para ayudarles a corregir, que la chica o chico salga de ese mal trance y así evitar que caiga  en las garras del mal o pueda tomar una decisión fatal.

Si los niños y jóvenes tienen su mochila del corazón y razón llena de cosas buenas no tendrán espacio para acciones negativas y ellos mismos se encargaran de que sus mochilas escolares estén en orden.

Cuando todos los padres de familia se preocupen y ocupen de no solo alimentar, vestir, calzar, enviar a un buen colegio o darle dinero a un niño, sino de que tengan siempre las mochilas del corazón y la razón en orden, se disminuirá considerablemente el riesgo de que los hijos caigan en depresión o conductas inadecuadas.

De ahí que es necesario que vayan a la par todas las acciones de educación, concientización, sensibilización y prevención, que los padres de familia no se opongan a la operación mochila, que en el hogar se alimente el alma de los hijos, se les vista de amor, procurarles felicidad, enseñarles lo que es el respeto y responsabilidad,  constantemente checar que la mochila del corazón y razón de los hijos no tenga vacíos donde puedan guardar cosas que les hagan daño y dañen a quienes les rodea.

Por más adversa que sea la situación siempre se debe tener tiempo para los hijos, menos dispositivos y más comunicación directa con ellos, permitir que en los planteles escolares se apliquen acciones como la operación mochila, supervisada por padres de familia, personal de derechos humanos y directivos escolares para que no se incurra en alguna anomalía o se tengan malos entendidos.

Rosa Elena González

Es Licenciada en Relaciones Públicas. Ha colaborado con editoriales en El Mercurio.
Actualmente su columna Vida Diaria se publica en el Portal HOYTamaulipas y los periódicos La Verdad de Tamaulipas, Expreso, La Extra, La Voz de Tula, El Tiempo de Mante y Astronoticias, El Bravo de Matamoros y Canal 10