Reynosa, Tamaulipas. - Miles de zapatos ha boleado, muchas historias ha escuchado y es que desde los nueve años Marcelino Balderas, se dedica a uno de los oficios más antiguos… es bolero.

Desde muy pequeño salió a buscar, en su natal El Mante, la forma en cómo ayudar a su familia y entonces sacarles lustre a zapatos fue la forma en que encontró para llevar leche y pan para alimentar a sus hermanitos.

Don Marcelino ahora de 64 años nos contó que hace 20 años que llegó a la plaza principal de Reynosa, en donde tiene su puesto de bolero y aunque la vida no ha sido fácil para él con gran valor nos contó que su oficio es bueno.

Don Marcelino relató que cuando era niño salió a buscar trabajo, pero debido a que se movía con la ayuda de muletas, a consecuencia de la poliomielitis, lo único que encontró para ganarse la vida fue ser bolero.

Oficio del que está orgulloso porque con él ha sacado adelante a su familia.

"Empecé desde que cobraba 50 centavos. Toda mi familia los he mantenido de la pura boleada seis hijos, tres hombres y tres mujeres".

Ahora debido a su edad y las complicaciones de una diabetes, ha tenido que utilizar una silla de ruedas para poder moverse, silla que hace a un lado para sentarse en su banco y empezar a sacarle el brillo a esos zapatos de sus clientes quienes saben que los lucirán bien boleados gracias a su habilidad y experiencia.

Ya con sus hijos grandes, Don Marcelino reconoce que su oficio es bueno, que aunque llega desde las siete y media de la mañana y a veces no gana nada, le permite sacar dinero para "la papa".

"Me alcanza para vivir, no tengo vicios, ya tomé y ya fumé ahora lo que saco es para alimentarme bien".

Aunque nos contó que hay días en que hasta 400 pesos gana, sobre todo en época navideña, otros en que pues no le va bien pero que bolear zaparos nunca lo ha dejado sin comer.

“Hay días buenos y días malos ha habido trabajitos, no nos hemos quedado sin comer", concluyó afable.