Desde hace mucho tiempo descubrí que la oración es la mejor forma de conectarse con el Padre Bueno. No soy el clásico católico que cumple con la serie de requisitos, como el de ir a misa de precepto. Temo que, si entro a la iglesia, podría derrumbarse.

También sé y muy bien que sé, que las madres tienen un “no se qué” que te hacen hacer cosas en las que o no las harías, lo haces a regañadientes o tan solo terminas diciendo “ok, madre, pero es la última vez”.

Por eso, además de la oración, cuando salgo a carretera tomo el Rosario del bautizo de mi hijo, y a como Dios me da a entender, rezo el Rosario, invocando la intervención de la Virgen María.

Me quiero imaginar, un diálogo entre mi Dulce Compañía con su Hijo.

-Jesús, vengo a pedirte un favor para Marco Antonio-

Moviendo la cabeza, pregunta - ¿Y ahora qué hizo este cabezón?-

-Pues le están haciendo una grilla palaciega muy muy pero muy difícil-

Con cara de “Dios mío”, -¿Por grillas?-

-Sí, por grillas y lo tienes qué ayudar…-

Y termina la discusión con una sentencia demoledora.

-Porque soy tu madre-

Podrán acusarme de "vivillo desde chiquillo", pero, ¿quién se puede negar a la solicitud de una madre? Claro, también sé y sé muy bien que difícilmente podré acceder a la misericordia, si he faltado a la ley de "causa y efecto".

Y claro, lo digo por experiencia. Y es por eso que a muy pocos le paso el celular de mi santa madre.

También creo que todos los caminos conducen a Dios, por eso en mi haber tengo amigos de muchos credos y religiones.

Escribo estas líneas, por dos motivos.

Mi querida Martha, cada bimestre me envía el libro “El aposento alto” -Seguramente ha de creer que soy una oveja descarriada-, y de verdad lo digo, me encanta leerlo y reflexionar.

El segundo, porque este fin de semana, en Monterrey me encontré con un tocayo. También se llama Marco, en la corta plática que sostuvimos supe que es originario de San Fernando, que trabaja en una empresa en el área de Recursos Humanos, casado con una bella mujer -que también conocí- y que tiene 33 años.

En un momento determinado, ya casi para despedirnos, me dijo “quiero hacerte un regalo, porque me nace de corazón”. Era un bello Rosario.

Le agradecí con un abrazo y con la promesa de usarlo, cada que le pongo gorro a la Virgen María, para que me eche la mano con Jesús, cuando se me atora la carreta. Y por qué no, también cuando quiero agradecer a Dios por todo lo bueno que ha sido conmigo, con mi empresa y con mi familia.

Por lo pronto, hemos llegado a uno de los meses más significativos del año… diciembre, en donde está la Navidad y donde damos gracias por todo lo bueno que tuvimos.

Disfrutémoslo.

Comentarios: Twitter @Marco_Esquivel

Marco Esquivel

Valle Hermoso, Tamaulipas 1973 (Naturalizado en la Hermana República de Abasolo, Tamaulipas. México)
Periodista, Agente de Seguros y Consultor Político

Tiene una maestría en Gobierno y Política Pública; un Máster en Gestión de Riesgos por la Ealde Business School.
En 2015 concluyó un Máster en Asesoramiento de Imagen y Consultoría Política por la Universidad Camilo José Cela (Madrid, España)
Es director general del periódico digital HOYTamaulipas.
Su columna Esto se Dice se ha publicado en distintos medios de comunicación de Tamaulipas.

Como agente de Seguros, cuenta con cédula A, B y D, para intermediar seguros personales, empresariales y agrícola y ganado. Es miembro de la Million Dollar Round Table que congrega a los mejores agentes de seguros internacionalmente.