Reynosa, Tamaulipas. - En el albergue Senda de Vida de Reynosa se encuentran alojados niños, jóvenes, hombres y mujeres migrantes, sin embargo, el sitio ya no tiene cabida para uno más, pues se encuentra saturado, señaló el director de la Casa del Migrante, Héctor Silva.

Y es que desde hace 21 años, este sitio ha dado refugio a miles de migrantes que buscan conquistar el llamado “sueño americano”, pero muchos llegan sin nada.

“Llegan a la central y de allí, pues les quitan su dinero, los extorsionan, y pues al llegar aquí llegan sin nada, muchos me han llegado sin zapatos, vienen descalzos”, comentó el director del albergue.

Héctor Silva también vivió en carne propia el buscar el “sueño americano”, salió de su pueblo en Oaxaca para ir a Estados Unidos, pero un día escuchó el llamado de Dios para ayudar a sus hermanos.

En los últimos años dice que ha habido un cambio para los migrantes, pues hace dos décadas estaban en la oscuridad, “recuerdo cuando yo caminaba a las casas pidiendo la ayuda y me decían ponte a trabajar, para que tú quieres ayudar a esas personas”.

En el albergue muchos esperan ser llamados por las autoridades migratorias de Estados Unidos, para iniciar formalmente su petición de asilo, pero mientras eso ocurre, algunos ayudan con las tareas cotidianas, en tanto otros más descansan.

Los niños juegan y se divierten, ajenos a la incertidumbre de sus padres, pero así como un día abrió sus puertas, hoy la Casa del Migrante está saturada, más de 600 personas conviven diariamente en ese lugar y en las afueras está un letrero que da las malas noticias: “No hay cupo”.

El dolor del pastor Héctor Silva, es que muchos no alcancen el “sueño americano”, “verdaderamente no es agradable cada vez que veo a un niño, veo a una niña, veo a una persona, que está deseando de todo su corazón un futuro para él y su familia, pero alguien más no lo deja”.

Hace 21 años, este lugar era un basurero, pero el pastor Héctor Silva encontró en él una oportunidad para darle refugio y protección a cientos y cientos de migrantes que llegan a Reynosa, como una puerta para conquistar el sueño americano.