En los últimos días he escuchado que Francisco García Cabeza de Vaca es un delincuente, que está apoyado por la gente que quiere el mal del Estado, que a través de su poder ha traficado con influencias en donde el único beneficiado ha sido él.
Es tanto lo malo que he escuchado, que ha provocado más de una vez el deseo de no estar cerca de él. No sé si esto también le haya ahuyentado seguidores, pero lo cierto es que lo han presentado tanto en radio, prensa, televisión y la Internet, junto a las redes sociales como un verdadero peligro para Tamaulipas.
Pero, esto no ha sido exclusivo del abanderado panista, la "guerra sucia" también ha manchado a Baltazar Hinojosa Ochoa, al menos la palabra "corrupción" se le ha relacionado.
A escasas dos semanas de que vayamos a votar para elegir al nuevo gobernador de Tamaulipas, hay una realidad, la mayoría que ha dicho que irá a sufragar ya tiene definido su voto, poco importa para ellos lo que se diga de uno o de otro.
Y es que es muy difícil convencer a alguien de que está equivocado, por muchas pruebas que le presentemos para constatar su error ... cuando los seguidores se encuentran con pruebas irrefutables y sorpresivas de que su líder (Cabeza o Baltazar) es un criminal o corrupto. El conflicto se soluciona ignorando u olvidando la información incriminatoria y buscan excusas.
Y esto lo vemos, los seguidores de Don Francisco o Don Baltazar se han alzado en su defensa "es víctima de los ataques de sus adversarios", "se está magnificando" "lo están haciendo víctima", "sienten que ya están perdidos y por eso la guerra sucia".
En el libro "El poder político en escena" de Luis Arroyo, se destaca que por mucha evidencia veraz que se presente en su contra, un político (criminal o corrupto) rara vez aceptará públicamente su culpa, porque sabe que los suyos encontrarán más verosímil sus justificaciones, más fuertes sus pruebas y más emotivo su victimismo.
A dos semanas de elegir al nuevo gobernador, las estimaciones de votación rondan entre el 48 y 53 por ciento del padrón electoral. En este artículo no me meteré en los embrollos de decir quién va ganando, pero sí en el 17 por ciento de estas personas que dijeron que irían a votar pero que no han definido su voto.
Si, en estos momentos no importa los que ya han decidido por quién votar. Lo que realmente importa es saber qué estrategias estarán aplicando para conquistar el voto de los indecisos, esos que serán el fiel de la balanza.
¿Vamos a ver más ataques de ambos bandos?, buscando con ello que el denostar al adversario es mostrar "él es más malo que yo" o ¿intensificarán las virtudes del candidato? o por qué no, una suma de ambas cosas.
Si es guerra sucia o negra, no pueden andarse por las ramas, el ataque debe de ser brutal, un golpe certero que no permita que el adversario se levante... golpearlo en donde más le duele, porque el proverbio popular dice "golpe que no mata, fortalece".
Lo cierto es que en estos últimos días no pueden jugar a equivocarse, tienen que poner todo su esfuerzo por conquistar el voto de los indecisos, esos -insisto- los que serán el fiel de la balanza.
Equivocarse a dos semanas de la elección, es ponerse la soga al cuello.
¿Cabeza criminal? ¿Baltazar corrupto? ¿y?, sí, ¿y? A estas alturas poco importa, lo que importa serán los que darán el triunfo el próximo 5 de junio.
@Marco_Esquivel
