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Sección: Editoriales / Cuestión pública

Por qué regalar Pemex

Por: Luis Lauro Carrillo 09/08/2013 | Actualizada a las 09:05h
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Cualquier gobierno que se precie de democrático tiene la facultad de  plantear al país sus políticas, ideas y sus propuestas de cambio. Pero lo que no tiene derecho es a engañar ni a ocultar la naturaleza y el alcance de esos cambios.

Viene a cuento lo anterior porque el próximo miércoles  el presidente Enrique Peña Nieto presentará a la Comisión Permanente Del Congreso, la iniciativa de reforma energética basada en mantener la propiedad y la rectoría económica del Estado y la apertura al capital público-privado, para maximizar la renta petrolera

De ahí que  en los próximos dias y semanas por venir el verbo privatizar estará el de moda en el ámbito político, por el debate que se ha generado en relación con la privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex).

Así pues, de acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española,  privatizar significa “transferir una empresa o actividad pública al sector privado.

Por tanto es importante que los mexicanos sepan con claridad si la reforma energética está supeditada o no a los intereses de los Estados Unidos  y de las grandes compañías petroleras del mundo, por lo que pase con Pemex y con la industria petrolera  tiene relación con el presente y con el destino nacional.

De tal suerte que si la propuesta de reforma energética es no privatizar ni vender Pemex, y con apertura a la inversión privada estriamos en presencia de una iniciativa de reforma legal y no constitucional  De aprobarse ene estos términos se pasarían por alto los principios constitucionales establecidos en el los artículos 25, 27 y 28 de la constitución.

Tengamos presente que el carácter estratégico significa la exclusividad del estado para administrar controlar y explotar el petróleo y los hidrocarburos y petroquímica básica. De aquí viene a nuestra mente la pregunta: ¿Por qué regalar Pemex?

En otras palabras  la explotación solo está reservada al Estado, aunque el párrafo sexto del articulo 27 remite a la ley reglamentaria, esta jamás deberá ser interpretada en el sentido de que el estado  pierda el control  y propiedad sobre los recursos  que pertenecen a la nación o la exclusividad en las funciones estratégicas desde la exploración  hasta las ventas de productos de primera mano.

Por consecuencia el legislador secundario no deberá  vulnerar la constitución  a través de normas de menor jerarquía, pues al pretender utilizar vías jurídicas e institucionales para trastocar y vaciar de contenidos  los principios constitucionales se estaría cometiendo un fraude a la constitución.

En ese orden de ideas, la finalidad de la reforma “legal” consiste en regularizar  hechos relacionados  con la energía, pretendiendo abrir a la iniciativa privada  la industria petrolera nacional. los inversionistas podrán participar en todas las etapas de la industria petrolera y Pemex terminara siendo un administrador de contratos sin capacidad real para influir.

En cambio una reforma energética constitucional implica reformar los artículos 25, 27, y 25 de la carta magna, para quitar el candado de lo estratégico y la exclusividad  en el control y explotación del petróleo y derivados, misma que podrían ser aprobadas con las dos terceras partes de los votos del PRI y PAN.

En definitiva una reforma legal o constitucional que se aprobara en los términos propuestos en las iniciativas, se realizarían en sentido contrario a las tendencias mundiales, Hoy en dia los Estados renacionalizan  sus recursos energéticos y fortaleces sus organismos públicos que los explotan sin la participación de inversionistas privados nacionales y extranjeros.

lucarrso@hotmail.com

Twitter: @luiscarrs

Luis Lauro Carrillo:

Analista político, autor de la columna Cuestión Pública publicada en el periódico de La Verdad de Tamaulipas, en el portal digita HOYTamaulipas, entre otros
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