Ciudad Victoria, Tamaulipas.- El ex dirigente estatal del PRI, Ramiro Ramos Salinas, subrayó que el partido está listo para ir solo en las elecciones intermedias del 2027, aunque afirmó que si se da la coyuntura y voluntad de otras fuerzas políticas de oposición, restaríamos dispuesto a dialogar y formar un gran frente para vencer a Morena.

Al hacer un balance al cierre del 2025, Ramos Salinas, afirmó que el PRI concluye el año con una trayectoria de lealtad y congruencia, encabezada por Bruno Díaz, quien recorrió todos los municipios del Estado reuniéndose con sectores, organizaciones y sociedad civil. 

El ex legislador local, sostuvo que el PRI dará muestras de su fuerza empezando por Coahuila el próximo año, al igual que en las 17 gubernaturas que se disputarán en 2026.

Y destacó que los resultados de este año avalan las expectativas de triunfo, al recordar que el PRI ganó en Durango y obtuvo buenos resultados en Veracruz, tanto en solitario como en coalición.

“Fue un buen año para el PRI”, refirió.

El priista subrayó que se demostró a nivel nacional que el partido, bajo el liderazgo de Alejandro Moreno, es la única oposición real frente al gobierno de Morena.

“No estamos ni comprados, ni arreglados, ni vendidos. A todo México le ha quedado clara nuestra posición”, enfatizó. 

Ramos Salinas, dijo que de cara al 2026 -el proceso electoral iniciará en septiembre- el PRI se prepara para competir en alcaldías, diputaciones locales y federales en Tamaulipas, además de disputar gubernaturas en distintos estados. 

De esta forma, el PRI busca reposicionarse como fuerza opositora en un escenario político dominado por Morena.

Los triunfos parciales en Durango y Veracruz son vistos como señales de resistencia y de capacidad de negociación en coaliciones, mientras que en estados como Nuevo León el partido asegura tener ventaja rumbo al 2027. 

“En Tamaulipas, el reto será fortalecer estructuras municipales y recuperar espacios legislativos, en un ambiente político marcado por la competencia con Morena y el PAN”.

La estrategia, según explicó Ramos Salinas, será consolidar la presencia territorial y mantener la narrativa de oposición firme. 

Con este balance, el PRI cierra el 2025 con la mirada puesta en el 2026, apostando a que la congruencia y la lealtad interna se traduzcan en resultados electorales.