Nuevo Laredo, Tamaulipas. — Una vivienda de madera sufrió daños materiales cuantiosos en cuestión de minutos, luego de que un flamazo emanara de un tanque de gas estacionario que era abastecido por personal de una gasera.

Solo la rápida reacción de la propietaria, identificada como Lourdes, y el trabajador de la gasera, Jesús, evitó un saldo fatal que pudo incluir la muerte de ambos.

La escena era de terror: las llamas devoraban sin piedad la estructura, mientras la afectada sólo podía observar, en estado de shock, cómo su patrimonio era consumido.

El incidente ocurrió en el domicilio 5217 de la calle Pino Suárez, entre las avenidas Monterrey y Colima. Doña Lourdes había solicitado un servicio de rutina a la empresa Gas Rodríguez.

Según su testimonio, el repartidor, Jesús, procedió a llenar el tanque estacionario. El infierno comenzó cuando, al terminar, el trabajador no pudo desconectar la manguera.

En un intento desesperado por liberarla, la manguera se reventó, liberando gas a presión y provocando un flamazo inmediato por el boiler.

El propio trabajador de la gasera reconoció la magnitud del error: la manguera "se trabó" e intentó forcejearla incluso con un barrote de madera.

Con la manguera aún conectada, se generó la chispa que desató el fuego.

Al ver el infierno desatado, el trabajador, Jesús, corrió a la calle para cerrar la válvula principal del camión repartidor, acción que, según los elementos de rescate, fue crucial y evitó una explosión de proporciones catastróficas que hubiera afectado a toda la cuadra.

Elementos de Protección Civil y Bomberos llegaron al lugar y de inmediato lucharon contra el fuego que arrasaba sin piedad la vivienda de madera. Mientras tanto, doña Lourdes, que afortunadamente resultó ilesa, fue asistida por sus vecinos, quienes la consolaban ante la pérdida total de su hogar.

Sj/Am