Ciudad Victoria, Tamaulipas.– Lo que inició como una alerta de desaparición terminó en una historia de irresponsabilidad y caos. Fabricio Brodeli Pérez de la Cruz, de 22 años, fue reportado como desaparecido el pasado 30 de octubre, generando la movilización de autoridades y la preocupación de miles de ciudadanos.
Durante varias horas, familiares y amigos de Fabricio difundieron su ficha de búsqueda emitida por la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas de Tamaulipas, mientras elementos de diversas corporaciones se sumaban a su localización. Sin embargo, la tensión se convirtió en sorpresa cuando se confirmó que el joven no estaba extraviado, sino de fiesta.
El operativo, que incluyó cierres viales, bloqueos en la zona de la Casa de Gobierno y una intensa búsqueda en redes sociales, se desmoronó al saberse que Fabricio simplemente había decidido irse de parranda sin avisar. De acuerdo con fuentes cercanas, el joven fue visto en distintos puntos de la ciudad conviviendo y aparentemente en estado de ebriedad.
El hecho provocó indignación entre la población, que reclamó el mal uso de recursos públicos y el pánico innecesario generado por la familia del joven. En redes sociales, los comentarios se multiplicaron señalando la falta de responsabilidad y el desdén hacia el trabajo de las instituciones dedicadas a la búsqueda de personas.
Hasta el momento, ni Fabricio ni sus familiares han emitido una disculpa pública. La Comisión Estatal de Búsqueda de Personas agradeció la colaboración ciudadana y confirmó que el joven fue localizado sano y salvo, marcando su cédula de búsqueda como “LOCALIZADO.”
El caso deja una lección amarga sobre la importancia de la comunicación familiar y el respeto a las instituciones. Fabricio, bautizado por los internautas como “el desaparecido de la peda,” se convirtió en ejemplo de cómo una noche de fiesta puede desatar un escándalo social y mediático con consecuencias reales para todos.


