Ciudad Victoria, Tamaulipas. - El representante de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) en Tamaulipas, Román Rigoberto Garza Infante, reconoció que el campo enfrenta una crisis por el envejecimiento de su población activa y la falta de relevo generacional, aunque descartó que se encuentre en completo abandono.

“Sí hay un desánimo, pero no como se maximiza, el campo no está en total abandono”, afirmó el funcionario federal al señalar que la situación obedece más a una transformación social que a la ausencia de recursos.

Explicó que muchos productores rurales son adultos mayores que han sostenido la actividad agrícola durante décadas, mientras que las nuevas generaciones optan por otros oficios o profesiones.

“El campo está avejentado y el relevo generacional está muy despacio; los jóvenes no quieren trabajar la tierra, tuvieron otras oportunidades de estudiar y lo menos que desean es regresar a las labores agrícolas”, precisó.

Dijo que la falta de capital no es el principal obstáculo para el desarrollo del sector, ya que los productores continúan realizando labores de conservación y buscando métodos que les permitan mantener sus tierras productivas con menor inversión.

 “A lo mejor le apuestan a menos rendimiento, pero con una inversión menor, y eso hace que el costo-beneficio siga siendo favorable”, explicó Garza Infante.

Rechazó que el abandono del campo se deba a la carencia de financiamiento, al destacar la capacidad de adaptación de los campesinos.

 “Los productores se saben ajustar a lo que tienen; si no les alcanza para sembrar toda la superficie, siembran lo que pueden, pero siguen trabajando”, agregó.

Román Rigoberto Garza insistió en que la realidad del campo mexicano exige políticas públicas que incentiven la participación de los jóvenes y modernicen la producción sin perder su valor social y comunitario.

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