El amor es atracción, pasión, complicación… encanto y desencanto. Esperanza.

Un mundo de emociones que calan en el alma.

En “Los empeños de una casa” -una comedia teatral multigalardonada- los versos de Sor Juana Inés de la Cruz se entrecruzan con la letra de boleros de tríos; se funden, se refuerzan para expresar el dolor, el ardor… el canto al amor, a la idolatría al ser querido, aunque este ni siquiera nos haya tomado en cuenta.

“Prendida en la fiebre

Brutal de mi sangre

Te llevo muy dentro

Muy dentro de mí

Te niego, te busco

Te odio y te quiero

Y tengo en el pecho

Un infierno por ti”, versa la canción de Julio Jaramillo.

Esta es una de las piezas, entre varios boleros que forman parte de “Los empeños de una casa”, presentada anoche en el Teatro Amalia González de Castillo Ledón, de Ciudad Victoria, en el cierre del Festival Internacional de la Costa del Seno Mexicano.

Aurora Cano, actriz y directora escénica mexicana, recobró la obra prima de Sor Juana Inés de la Cruz publicada un 4 de octubre de 1683 para adaptarla y darle un viso contemporáneo.

Cano -directora de la Compañía Nacional de Teatro- supo amalgamar en “Los empeños de una Casa” la profundidad de la trama de la poetisa mexicana y en su puesta de escena integrar algunos sonetos para fusionarlos con el canto de amor, desamor y dolor de los boleros.

La obra literaria para teatro de Sor Juana Inés de la Cruz narra la común situación de alguien que está enamorado de la persona equivocada no porque sea la inadecuada, sino porque simplemente el amor del amado está enfocado en otra persona.

“Los empeños de una casa” trata de una mujer (Ana) que es pretendida por un hombre (Pedro) pero que ella fija su amor en otro hombre (Carlos) que, a la vez, tiene interés en otra mujer (Leonor)… pero que es cortejada -a la fuerza- por otro hombre (Rodrigo) que nada quiere en el fondo…

De ahí el surgimiento de una serie de enredos, confusiones y emociones cruzadas y duelos con espadas presentado de una manera divertida y mucho humor.

Aurora Cano insertó a Sor Juana Inés de la Cruz como parte de su comedia.

En la adaptación teatral de Cano, Sor Juana Inés de la Cruz es presentada de manera inicial cuando le es solicitado por la Virreina María Luisa De Lara y Gonzaga que escriba una comedia sobre los  desastres amorosos que se viven en las esferas de los nobles.

La Virreina es, al mismo tiempo, una encrucijada para Sor Juana Inés de la Cruz porque está enamorada de ella.

“Los Empeños de una Casa” es representada por un conjunto de 14 actrices y actores de la Compañía Nacional de Teatro y tres músicos (un requinto, un acompañamiento de guitarra y bongos) que interpretan canciones, entre otros autores, de Julio Jaramillo, Bobby Capó y Armando Manzanero.

Una obra de 150 minutos durante la cual se genera interacción con el público al proyectarse en una pantalla la letra de algunas canciones de boleros para que los espectadores los canten junto con los artistas.

Una producción en la que destaca un escenario conformado por una gran Luna Llena al centro de la cual se abren y cierran puertas - pintadas con fondos florales y grecas barrocas- por donde aparecen y desaparecen las actrices, actores y músicos para los cambios de escena.

Cuadros multicolores que semejan pinturas y utilería sencilla: candelabros, lámparas y un racimo enorme de objetos varios que pende sobre el escenario.

Es una comedia “con historias en donde todo mundo está mal enamorado, ya sea por la circunstancia, por problemas de confusiones de identidad o porque estás enamorado de la persona equivocada”, ha expresado Aurora Cano.

Al final todo se acomoda, todo se aclara y cada quien queda con el amor que buscaba.

Tal vez no Sor Juana. Pero esa es otra historia.