Hablar del boxeo mexicano, es tocar un tema deportivo y social de gran arraigo en nuestro país. Muchos son los campeones mundiales y grandes pugilistas que han representado orgullosamente a la nación. Púas Olivares, Mantequilla Nápoles, José Luis Ramírez, Finito López, Márquez, Barrera, Chávez, Canelo, etc.

Son decenas los grandes expositores de este duro deporte, que ha dado mucha gloria y momentos memorables. Podrá decirse que es un deporte demasiado rudo, pa5ra aquellos que no les gusta, pero habría que recordar que son dos personas que aceptan subirse a intercambiar y esquivar golpes, cada quién entrenando para llegar lo más preparado posible.

De mi parte siendo pacifista y alguien que condena la violencia, en el caso del box es una actividad física que he aprendido admirar. Y no es por lo violento sino por la dedicación, disciplina, fuerte entrenamiento, así como la fuerza física e inteligencia emocional que se requiere para subirte a un ring y boxear.

Lo llegué a practicar de joven y una parte de mí le hubiese gustado haberle seguido, pero si continué siendo un fan y más cuando aproximadamente a mis once años, mi padre me invitó a ver la pelea de Chávez vs. Meldrick Taylor, que proyectaron en grande en el estacionamiento de un hotel. Que tremenda pelea, choque de estilos, tensión, dos excelentes boxeadores, drama, controversia y una victoria histórica del gran Julio Cesar.

El caso es que recientemente me senté con un amigo y platicamos del box y en especial del caso del Canelo Álvarez, peleador de élite mexicano que divide mucho las opiniones y más derivado de su última pelea contra Terrence Crawford. De inicio mi respeto total para cualquiera que se pone los guantes y más cuando llega a ser campeón mundial.

El ámbito boxístico tristemente tiene sus vicios enquistados, pero eso no le quita nada a un pugilista de élite. El Canelo se ganó bien su estatus, ha tenido peleas muy buenas como contra Golovkin y otros, y una derrota definitivamente no lo define. Para los que lo critican piensan que Crawford lo puso en su lugar y para los que lo admiran dicen que tuvo una mala noche.

Para mí el Canelo en parte es producto de su tiempo, de lo permisivo y de los intereses económicos que rodean al boxeo. Cuando ya escoges mucho, siento que entras en una zona de confort no buena para un deportista de elite quien se dice ser el mejor. Lo admiro mucho pero definitivamente no lo coloco a la altura de otros exponentes como Chávez, Salvador Sánchez, finito López y otros. Unos podrán pensar que es cuestión de gustos y/o que el estilo del Canelo no es tan vistoso como otros, pero termina siendo más por cómo se manejan.

Cuando lo económico comenzó a influir más que lo deportivo y el verdadero encuentro entre los mejores, eso vino a abollar al Box. No es lo mismo una época en que no había cinturones inventados como el plata, el intercontinental, el del barrio casi, casi; era el del campeón mundial y se fregó, en sus diversos consejos y federaciones.

El caso del Canelo como el de Mayweather, rehusaron a pelear en su momento con otros oponentes muy bravos por no comprometer su estatus. El sistema los infló tanto que ellos mimos se la creyeron. ¿Hasta para autodenominarse entre los mejores de la historia? Por favor, quien opine o diga eso no ha estudiado la historia del box mundial.

Los 80´s y la época de los 4 grandes (Hagler, Hearns, Leonard y Durán) por poner solo un buen ejemplo. La mercadotecnia no se anteponía a los “mocolazos” entre los grandes. Canelo es fruto de un gran esfuerzo personal y de su equipo, como de igual manera de un anhelo de una sociedad mexicana que gusta encumbrar para generar mayores orgullos y olvidar penas.

La misma que cuando pierden fuerte, también les encanta criticar y opinar, cómo en la última pelea. Crawford llegó muy bien preparado y más motivado, no era la primera vez en su carrera que muchos analistas, boxeadores y fans, lo hacían menos y hasta ahorita sigue invicto. Peleó una gran pelea y su estrategia sin dudas desenmascaró las carencias de Saúl.

Hasta a mí me sorprendió que muchos no le dieran casi nada de posibilidades a Crawford, realmente lo subestimaron, sé que el peso influye, pero también una mente decidida y sin temor. Hasta a Tyson, Buster Douglas en Japón lo puso en su lugar en una de las grandes sorpresas del boxeo.

Cuando el sistema es permisivo y gusta de engrandecer tanto, tarde o temprano algunos caen, consciente o inconscientemente. No es que Canelo no sea un gran peleador de élite, sino que hay otros mejor que él y eso se tiene que admitir. Tiene la oportunidad de redimirse y ponerse a prueba más que nada a él mismo, dinero y lujos ya le sobran, lo que le debe de doler es el orgullo.

Decían que Juan Manuel Márquez que no le ganaría a Paquiao y vean nada más lo que pasó en su última pelea. La preparación y huevos de un boxeador mexicano salieron a flote y le dieron un triunfo con un knock out espectacular, sobre un peleador histórico como lo es el filipino.

Veremos que depara el futuro, vienen otras generaciones pujando fuerte, espero y aprendan las lecciones, tanto buenas, como las no tan buenas.

Hablando de sistemas que inflan egos.

Pareciera irrisorio y de perversa burla, pero en México nuestro sistema político también ha gustado y gusta de inflar por conveniencia o por costumbre a muchos personajes. No son pocos los que se sienten como hechos a mano, indispensables, intocables, inmaculados, casi unos eruditos.

Hombres y mujeres por igual, que prueban el poder y piensan que eso de facto los convierte en poderosos. Se sienten y se conducen como verdaderos campeones y muchos de ellos siendo unos reales hampones. Y lo peor, que pasan los años y todavía hay personas que les aplauden.

Mucho que reflexionar, en esto también existe tiempo para redimirse.    

Reflexión final

“Mis principios son mucho más importantes que mi dinero o mis títulos”

-Muhammad Ali-

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)