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Primer año, segundo año…

Por: David Vallejo El Día Miercoles 01 de Octubre del 2025 a las 10:43

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El primer año cerró con la primera mujer en la presidencia ejerciendo un poder sereno y meticuloso. Claudia Sheinbaum supo marcar distancia simbólica respecto del sexenio anterior sin romper la continuidad de la Cuarta Transformación. Esa mezcla de prudencia y firmeza se reflejó en una luna de miel prolongada, con siete u ocho de cada diez ciudadanos que la respaldan.

La economía avanzó en terreno moderado, aunque con un signo alentador al mantener un flujo creciente de inversión extranjera que confirma a México como destino del nearshoring. Contra pronósticos de inestabilidad, el país sostuvo equilibrio macroeconómico. Dentro de este panorama se distingue Marcelo Ebrard, convertido en operador capaz de abrir espacios de confianza en Washington y en las capitales donde se deciden las cadenas de suministro.

El corazón social del gobierno se reforzó con cerca de 850 mil millones de pesos en programas de bienestar y con la creación de apoyos inéditos, entre ellos la pensión para mujeres de 60 a 64 años. Ese entramado de transferencias, becas y apoyos permitió que millones de mexicanos dejaran atrás la pobreza, lo que representó uno de los logros sociales más significativos del arranque de sexenio. En materia de seguridad, agosto de 2025 resultó el mes con menos homicidios dolosos en una década, aunque siete de cada diez mexicanos se declaran inseguros. Persisten territorios con altos niveles de violencia como Sinaloa, Guanajuato o Zacatecas, mientras el combate al huachicol se transformó en reto mayor con redes criminales que se reconfiguran alrededor del robo de combustibles.

La justicia enfrentó tensiones con la reforma judicial, acompañada de promesas para agilizar procesos y advertencias de retroceso en derechos. Pemex, la empresa más endeudada del planeta, recibió oxígeno con la recompra de pasivos por 13 800 millones de dólares, aunque el verdadero termómetro seguirá siendo la eficiencia operativa y la transición hacia energías limpias.

En el terreno político, el primer año significó un reacomodo profundo. Sheinbaum gobernó con legitimidad propia, aunque con la sombra constante de un liderazgo que marcó a fuego la vida pública. Supo mantener continuidad en programas sociales y símbolos de la Cuarta Transformación, al mismo tiempo que comenzó a trazar un estilo distinto, menos estridente y más institucional. Dentro de Morena envió mensajes claros contra los excesos del poder y recordó que el éxito se mide en principios y resultados. Ese gesto abrió un debate hacia dentro del partido, que enfrentará en el segundo año la prueba de su cohesión, su capacidad de disciplina y su relación con una presidenta que busca trascender como figura de Estado más allá de la lógica de facciones.

El primer año también estuvo atravesado por crisis que pusieron a prueba esa serenidad presidencial. La violencia en Sinaloa tras enfrentamientos entre grupos criminales mostró cuán limitada puede ser la presencia del Estado en territorios disputados. Las tensiones por aranceles de Trump al acero y al aluminio exhibieron la fragilidad de la relación comercial con Estados Unidos y obligaron a redoblar la diplomacia económica. La reforma judicial generó una de las discusiones más intensas del sexenio, con un Congreso polarizado y juristas que advirtieron riesgos para los derechos colectivos. Al interior de Morena, liderazgos regionales reclamaron espacios de poder y exhibieron fracturas en la unidad del partido gobernante. Y a todo ello se sumaron episodios delicados que llegaron desde fuera: las supuestas listas elaboradas en Estados Unidos, en las que aparecieron nombres de personajes vinculados a Morena bajo señalamientos de relación con el crimen organizado. Aunque sin pruebas judiciales concluyentes, el solo hecho de su existencia elevó la presión política y mediática en torno al gobierno.

El tablero externo marcó el ritmo de la segunda mitad del año con la revisión del T-MEC en el horizonte de 2026 y con una diplomacia que sostuvo cooperación en seguridad y en flujos de inversión. El Plan México, con más de 22 mil megawatts en proyectos eléctricos, anuncia un salto industrial siempre que la energía llegue con certeza regulatoria.

El segundo año exige prioridades claras. Consolidar la reducción de homicidios requiere una arquitectura institucional que mida con precisión, investigue con calidad y sancione con consistencia. La atención debe concentrarse en regiones críticas y en la contención del huachicol que erosiona finanzas, seguridad y gobernanza. La reforma judicial necesita salvaguardas que protejan derechos y una implementación pedagógica que permita a jueces, ministerios públicos y defensores entender los cambios sin vacíos legales. La estabilidad macro debe sostenerse con inversión pública de alto multiplicador en infraestructura, ciencia y energías renovables. El plan eléctrico requiere convertirse en líneas de transmisión, subestaciones y sistemas de almacenamiento que respalden la llegada de la industria global. El rescate de Pemex necesita reflejarse en eficiencia, seguridad industrial y gobernanza más allá del alivio financiero. La negociación del T-MEC demanda una visión de Estado capaz de articular a gobierno, empresarios y sindicatos bajo una misma voz. Y la reforma electoral, que busca redefinir la estructura del sistema político, demandará un debate amplio y una construcción de consensos que asegure reglas claras, instituciones sólidas y confianza ciudadana en los procesos democráticos.

El año dos se definirá por la capacidad de traducir legitimidad en resultados verificables, con menos violencia en territorios críticos, justicia que resuelva, energía suficiente para la industria que aterriza y una mesa comercial con Norteamérica sólida y estratégica. El gran desafío será elegir entre construir futuro, aun cuando implique sacrificios en el presente, o continuar sacrificando el futuro privilegiando únicamente los beneficios inmediatos. Esa decisión marcará el verdadero código de poder de Claudia Sheinbaum.

¿Voy bien o me regreso? Nos leemos pronto si la IA y los retos del segundo año, lo permiten.

Placeres culposos: Frankenstein edición anotada en librerías Gandhi y el álbum Heart and Soul de Gregory Porter.

Pay de nuez del Costco para Greis y Alo.

David Vallejo


Politólogo y consultor político, especialista en temas de gobernanza, comunicación política, campañas electorales, administración pública y manejo de crisis. Cuenta con posgrados en Estados Unidos, México y España. Ha sido profesor, funcionario estatal y federal, así como columnista en Veracruz, Tamaulipas y Texas. Escritor de novelas y cuentos de ficción. Además, esposo amoroso, padre orgulloso, bibliófilo, melómano, chocoadicto y quesodependiente.

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