Ciudad de México. - El amarillo es el color del sol, la vitalidad y la prosperidad. Por eso, el regalar flores amarillas --en particular este 21 de septiembre-- es transmitir un mensaje de alegría, optimismo y buenos deseos.  Entre las flores amarillas más populares se encuentran los girasoles, como los que cultiva Antonio Arias Hernández, productor de Chiapas.

Con un vibrante color amarillo y estructura fascinante, el girasol (Heliathus annuus) es una hermosa flor ornamental que se caracteriza por su capacidad heliotrópica, es decir, se mueve y orienta en respuesta a la luz solar y siguiendo la trayectoria de este astro a lo largo del día, con lo que optimiza la exposición a la luz para el proceso de fotosíntesis.

El girasol tiene flores grandes y pétalos amarillos. Es una planta perteneciente a la familia de las asteráceas, que tiene como centro de origen América del Norte.

Su cultivo es de ciclo corto, lo que hace posible su producción en zonas propensas a los cambios climáticos, sobre todo aquellas que padecen déficit de lluvias o sequías.

Historia llena de vitalidad.

En Chiapas, por ejemplo, la producción de girasol se ha incrementado en los últimos años y ha encontrado un importante nicho de mercado, como lo demuestra la experiencia del productor del ejido de Cuauhtémoc, Antonio Arias Hernández, quien se ha dedicado a este cultivo los últimos 16 años.

Capacitado por seis meses en el estado de Guerrero, Antonio Arias, hablante de lengua tzotzil, es hoy el productor más importante de la región central de la entidad. Pero este logro no estuvo exento de retos y dificultades, como le contó a José Luis Calero Olmedo, jefe del Centro de Apoyo al Desarrollo Rural (CADER) 01 Tuxtla Gutiérrez, de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (AGRICULTURA).

Don Antonio compartió que está actividad la comenzó casi desde cero y con temores, pero con gran determinación porque, como hombre de lucha y trabajo, debía sacar adelante a sus seis hijos, con quienes ha establecido un sólido negocio en la distribución de estas flores e incluso lo ha extendido por la región sureste, particularmente en los estados de Tabasco, Veracruz, Campeche y Yucatán.

Sostenibilidad e innovación

En ese camino se han enfrentado a retos como a los hongos que dañan las hojas de la planta y, por tanto, debe combatirlos de forma oportuna para mantener el equilibrio en la cosecha.

Ha establecido también un sistema de riego por goteo, al tomar este recurso natural del cerro más cercano y, de esta manera, asegurar el éxito del cultivo.

A esas medidas se suma la selección de semilla mejorada, que le permite mayor rendimiento, adaptación y resistencia.

Los girasoles necesitan 70 días de cuidado para florecer y ponerlos a la venta. El corte de la flor se debe realizar a medio boto (cuando sólo está presente el botón) para realizar el traslado en condiciones adecuadas.

Pero, Don Antonio no solo cultiva girasol. Él, junto con su familia, ha incluido los cultivos de maíz, frijol y repollo que, después de recolectar, destina al autoconsumo y el excedente a la venta.

Símbolo de vitalidad y felicidad.

Al compartir su experiencia, el señor Antonio Arias abrió las puertas de sus parcelas para conocer su cultivo de girasoles, comprar y llevarse no solo una sonrisa, sino un pedazo de sol en nuestras manos.

En cada pedazo de tierra tiene entre 20 y 60 mil matas sembradas, de las cuales puede llegar a perderse entre 8 por ciento y 10 por ciento. Sin embargo, el tipo de semilla utilizada posee mejoramiento genético, lo que da un mayor resultado.

¡Recuerda! Para AGRICULTURA, las mujeres y hombres que cultivan el campo y las costas son la prioridad, pues su contribución es esencial para la soberanía alimentaria de nuestro país.