Ciudad Victoria, Tamaulipas. - Ricardo Javier Hernández Honorato se define a sí mismo como marionetista o titiritero. Desde hace casi tres décadas, ha dedicado su vida a la creación y animación de títeres de varilla y de distintas técnicas, construyendo un vasto repertorio de personajes que van desde héroes nacionales hasta figuras inspiradas en cuentos de los hermanos Grimm y leyendas tamaulipecas.

“Llevamos ya 29 años en esto”, comentó con orgullo.

Su colección es amplia: unas 14 marionetas forman parte de su show principal, mientras que al menos 10 más se utilizan en obras de teatro. Entre ellas destacan barcos, ballenas, tiburones, delfines y personajes emblemáticos como la tía Tencha, Don Rogaciano, o el payaso Timi Timi, que con su estilo moderno baila huapango en el semáforo.

Ricardo se presenta en espacios públicos, escuelas, fiestas infantiles y teatros, además de dirigir grupos teatrales que han crecido junto a su trayectoria. Reconoce que no ha sido fácil:

“Es un riesgo dedicarte al teatro, porque no siempre hay trabajo, pero si me rajo dejaría lo que más me gusta, y eso no puede pasar”, comentó.

La pandemia representó un fuerte reto, pero también una oportunidad. Desde entonces, Ricardo lleva su arte al cruce de la calle 19 con Boulevard Adolfo López Mateos, donde presenta sus títeres al público automovilista y transeúnte, encontrando en el semáforo un escenario inesperado para mantener viva la tradición del teatro de marionetas.

“Me gusta mucho lo que hago. A veces se batalla, pero es parte de la decisión que tomé: dedicarme a lo que más amo”, precisó.

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