Buena comida
Más de una vez me dijeron: tienes panza de albañil. Eso significa que comía de todo y no me hacía daño. Una verdad invariable es que todos tenemos que comer si queremos sobrevivir. La cuestión es: ¿Qué debemos comer? En la primaria nos enseñaron la pirámide educativa y en la medida que avanzamos en nuestra edad; que vamos al médico o que nos aparecen achaques o enfermedades degenerativas, la recomendación de siempre es: tienes que comer de manera saludable.
Hice planes para escribir mi colaboración para mañana sábado y pensé en escribir sobre una comida saludable. Entre los planes apunte conversar con Cuitláhuac Córdova, mejor conocido como Don Piquino: personaje, amigo pues, que se ha dedicado a conocer y divulgar la comida regional tamaulipeca, recorrió cada rincón, platicó con las cocineras de Tula, Bustamante, Palmillas, Burgos, San Carlos y otros lugares: hasta escribió un libro con imágenes y recetas de las comidas de esta región del país. Un imprevisto, canceló la entrevista.
COMER LO QUE HAY.
En México, o en Tamaulipas, hay muchas formas de explicar la comida familiar. Un punto, sin la menor duda, es que en cada hogar la alimentación es muy variada: una pequeña población es inmensamente rica, al grado que unos presumen que son comensales de restaurant gourmet, como Emilio Lozoya que estando en prisión domiciliaria se dio el lujo de ir a comer Pato a la Orange, que es un plato francés. Su gula fue castigada: lo regresaron a prisión.
Y en eso de comer lo que hay, puedo describir cómo fue mi vida en Campoamor, allá por los rumbos de Padilla, claro, de eso hace 60 años: los alimentos normales eran huevos con miguitas, frijoles de la olla, sopa de arroz o fideo, nopales, chochas, quelites (no conocía las espinacas), a veces jocoque recién hecho; una delicia eran los burritos con tortilla recién salida del comal embarrada con salsa de chile piquín. El caldo de pollo era cuando, en la familia, alguien cumplía años; y para probar la carne, fuera en picadillo o en asado, era menester asistir a una fiesta, por lo regular una boda.
COMER LO QUE SE PUEDE.
Con los pasos de los años, con la evolución laboral, se llega a una etapa en la que es posible tener acceso a una mejor variedad de platillos: carne roja, cortes finos para asar; mariscos, pescados, así como una gran variedad de comidas populares como las carnitas, los chicharrones, asado de puerco, las pizzas, las ensaladas… en fin: el abanico de comidas o platos gourmet se abre en la medida de las posibilidades económicos. Basta ver en las redes sociales como, unos y otros, presumen su platillo favorito o el que, por primera vez se degusta, sea en el país, en Europa o Asia, al estilo de algunos prominentes líderes de la 4T.
Y de pronto, en la consulta médica, nos dan recomendaciones sobre qué comer y hasta incluso una dieta: en mi caso, mes tras mes voy a consulta y la enfermera me pregunta: ¿Cuántas veces come carne roja a la semana? Y me dice: solo debe comer una vez. La culpa es de las enfermedades degenerativas: nos quitan la sal, el azúcar, la carne roja, según la dieta, no comer muchos carbohidratos (frijoles, arroz, tortillas, entre otros alimentos). Nos aplican dietas de 1100, 1500 o 2000 calorías, según sea la gravedad de nuestra obesidad o enfermedad… y no diga, nos quitan las cheves, el tequila y los wiskis.
NO SABEMOS COMER.
Un buen día, una amiga que hace comidas caseras me dice: Meli, porque tú no me compras comidas. Y le explique: venden filete de pescado, de pollo y milanesas de res, todas empanizadas; y los complementos son arroz y frijoles. Y su respuesta fue: así la piden la mayoría de mis clientes. Y le explique: un diabético solo puede comer un carbohidrato, y al comer el filete, el pollo o la milanesa, el empanizado es el carbohidrato… ya el arroz y los frijoles sobran, tienes que poner una ensalada, la más sencilla, pero ensalada para que ese sea el complemento.
Cuando van a un restaurant revise el plato que van a pedir, observen el contenido en: carbohidratos y en proteínas, chequen si se complementa con productos vegetales. Un plato inteligente, por ejemplo, para un diabético es: un carbohidrato (1/4), una proteína (1/4) y el medio plato restante llenarlo con una ensalada…en fin, recuerden que amigos y familiares, se enferman e incluso han fallecido por no cuidar su salud, y parte de cuidarla, es lo que comemos.
Melitón Guevara Castillo
Licenciado en Administración Pública (UAT), Doctor en Comunicación y Periodismo (Universidad de Santiago de Compostela).
Profesor Emérito de la UAT. Líder del Grupo de Investigación “Democracia y Comunicación Política” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Victoria, Tam.,).
Representante en Tamaulipas de la Red Nacional de Investigadores de la Calidad de la Democracia.
Escribe la columna política DESDE ESTA ESQUINA, desde 1984 en El Diario de Cd. Victoria y actualmente en Hoy Tamaulipas.
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