Ciudad Victoria, Tamaulipas. - El reciente aumento en los precios de la carne en Tamaulipas no es resultado de una simple variación de mercado,  obedece a las restricciones impuestas por el gobierno federal en la importación de ganado sudamericano, lo que ha encarecido el producto en carnicerías y supermercados, indicó el ganadero del centro del Estado, Ángel Lara Martínez.

Explicó que la decisión del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), de frenar la entrada de ganado proveniente de países como Nicaragua, ha tenido efectos directos en el costo final para el consumidor.

“La carne extranjera era más barata porque se engordaba aquí. Hoy, al detener su entrada, dependemos más del ganado nacional, que es de mejor calidad, pero también más caro”, apuntó.

El productor detalló que cadenas comerciales abastecían parte de su oferta con carne de animales importados y finalizados en ranchos de la región, lo que permitía ofrecer cortes económicos en anaquel.

“Por ejemplo, marcas como SuKarne traían ganado del sur, lo engordaban aquí y eso hacía más accesibles productos como el bistec o la carne molida. Hoy, eso ya no ocurre al mismo ritmo”, señaló.

Dijo que, actualmente, los cortes más populares, como la carne molida, la flecha o el bistec, han sufrido incrementos considerables, mientras que hace unos meses se encontraban entre 70 y 150 pesos por kilo, hoy se venden entre 120 y 250 pesos, dependiendo del establecimiento y la calidad del corte.

Además, el precio del becerro en el mercado nacional también ha repuntado. Según Lara, el valor por kilo que se pagaba al productor era de 70 pesos hace apenas dos meses, y hoy ronda entre 100 y 120 pesos.

“El precio subió desde el origen. Por eso también sube en los mostradores. No es especulación, es un cambio estructural”, afirmó.

Precisó que, el endurecimiento de los controles sanitarios busca garantizar que la carne que llega al consumidor cumpla con estándares nacionales de inocuidad. Sin embargo, esta trazabilidad también se refleja en los precios.

Agregó que el consumo de carne nacional implica mayor seguridad alimentaria, pero también se convierte en un desafío para las familias, que ven cómo un alimento básico se aleja de su alcance económico.

“El problema no es la calidad, sino el bolsillo. Comer carne hoy ya no es tan sencillo como antes”, concluyó Lara Martínez.

oal