Tampico, Tamaulipas. - En un gran riesgo para los automovilistas se ha convertido la autopista Tampico-Tuxpan (y viceversa) ante la aparición de tantos baches en su camino, lo que no amerita el inmenso cobro de 359 pesos por los 100 kilómetros de recorrido.

Conductores y transportistas reportan una carretera llena de hoyancos, particularmente entre Tampico y Naranjos, donde la carpeta asfáltica está visiblemente desgastada.

Aseguran que la concesionaria no ha realizado mantenimiento oportuno y los tramos en mal estado representan un riesgo real de daño vehicular y accidentes. Las quejas coinciden, hay demasiados baches y no se ve intención real de reparación.

Por si esto fuera poco dicha autopista carece de servicios sanitarios a lo largo del trayecto. Esa ausencia se suma a la indignación de quienes pagan tarifas altas y no reciben lo mínimo que exige una vía de cuota: al menos un baño limpio y operativo en estaciones intermedias.

Es una omisión básica, comúnmente señalada por usuarios como parte del desencanto general de este camino concesionado a Mota‑Engil y otras empresas, y cuya vigencia es de 30 años, con inversión pública y privada.

En resumen: los 100 km de autopista no ameritan los 359 pesos que se pagan pesos si la superficie está agrietada, llena de baches y no ofrece infraestructura mínima decente.

Es una obra joven y, sin embargo, ya falla en lo esencial. Los conductores exigen reparación inmediata, mantenimiento constante y, sobre todo, que el servicio por el que pagan cumpla con los estándares mínimos de seguridad y dignidad.

¡Ah!, y también sanitarios, pues no es posible que una autopista tan cara no cuenta con baños para sus usuarios.

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