Hoy es Viernes 05 de Diciembre del 2025


Siendo Superman

Por: Jorge Alonso Infante El Día Jueves 17 de Julio del 2025 a las 22:52

La Nota se ha leido 910 veces. 1 en este Día.

Al ver la nueva película del súper héroe icónico de traje azul y capa roja, vi la reacción positiva que tuvo en las personas que acudieron a verla en el cine. Personas de todas las edades y de diferentes características disfrutaron la nueva entrega de este personaje que fue creado 1938 y que ahora es el personaje ficcional de su género más reconocido en el mundo.

De hecho, el símbolo de la “S”, en su escudo que porta en el pecho, es uno de los símbolos más reconocidos a nivel mundial. Habiendo dicho esto, ¿qué es lo que hace que este personaje de ya 87 años siga teniendo una prevalencia en nuestra humanidad? Pues que simboliza el bien hacer, la esperanza, y aun siendo “extraterrestre”, es su gran humanidad la que lo caracteriza.

Queramos o no, el ser humano se ve reflejado en este personaje, no solo es el deseo de anhelar poder querer volar y otros poderes que posee, sino que quisiéramos un personaje de este tipo en nuestras vidas para los problemas fuertes que tenemos en el mundo y en todas nuestras sociedades.

Actualmente existen dos guerras fuertes en el mundo, otros tantos conflictos armados, cárteles, terroristas, tráfico de personas, drogas, asesinos, violadores, pederastas, corrupción, impunidad y más. Y pasan los años y varios de estos conceptos no solo no disminuyen sino todo lo contrario. Algo nos ha faltado hacer mejor como para encontrarnos así.

Todos tenemos o podemos tener características de héroes, somos o podemos ser Superman a nuestra manera, y vaya que lo necesitamos, ya que pareciera que sobresale más lo Lex Luthor de nuestros ser, en lugar de privilegiar el bien hacer. ¿De qué sirve que admiremos un personaje así si en la vida se termina actuando más como su némesis?

Es cierto como dicen de nuestra existencia, que para existir tienes que sufrir, es parte de lo que nos vivir en el ciclo en este planeta, pero también es cierto que cada quien tiene la decisión del cómo comportarse. Aún con problemas fuertes y/o eventos traumáticos en nuestras vidas, la capacidad para la reflexión y el buen comportamiento es algo en lo que se debe de trabajar siempre.

Y no lo digo solo de dientes para afuera, sino por qué sé perfectamente lo que es sufrir tanto física como psicológicamente. No es fácil sacudirse el bagaje emocional y los demonios internos, pero si se quiere, se puede, ante todo nunca perder precisamente la esperanza.

En lo personal pasé por un proceso de años para llegar a un punto de mayor calma espiritual con mi persona, los sucesos fuertes en mi vida me marcaron ciertas actitudes que con el tiempo y constante trabajo de reflexión interna corregí. Desde niño siempre supe que la injusticia me podía mucho y con pasajes de violencia doméstica y otros factores, solo exacerbo el sentimiento.

Pero en lugar de dejar que lo negativo permeara mi vida, decidí no dejar que la sombras se apoderaran de mi luz. Esto me llevo a episodios en los que, en varios lapsos de mi vida, me metiera a defender a personas que estaban viviendo sus propias injusticias. Entre defender lo correcto y mis demonios, desahogaba aquello que por años me marcó.

Varias veces escuché que me decían amistades mías, “Jorge, ¿sí sabes que no eres Superman como para poder querer salvar a todos?” Desde detener el llamado “bullying”, intervenir en casos de intento de violación, abuso doméstico, golpizas, acoso laboral y otros casos en los que me vi envuelto; aparte de ayudar a personas con necesidad, donar sangre, plaquetas y otras cosas que alimentan el corazón y nuestra verdadera humanidad.

 Siempre he sabido que uno no es contra balas, pero permeaba fuerte en mí el sentido de empatía y justicia. Y con todo y mi actitud generalmente alegre, amiguera y de gran esperanza, en algún momento de mi vida me sentí tan agobiado por muchas cosas, que la criptonita que me pudo haber matado venía en forma de una bala, mientras sostenía una pistola con el martillo atrás y pegada en la cien.

Algo que solo a unas pocas personas en mi vida he platicado y que ahora comparto con quién lea esta colaboración. Ese día recapacité ante la cercanía de mi probable muerte física, lloré caudales como pocas veces y después me prometí nunca permitirme llegar a un momento así. Nunca vi psicólogos, siempre he trabajado en mi persona y con la ayuda de seres amados entre familia y amistades quienes han sido un ancla para mí.

Muchos años después y si han seguido mis columnas, podrán darse cuenta mi esencia sobre lo justo, y en contraparte el desdeño a lo incorrecto, para nada soy una persona perfecta, pero si sé que, como todos, soy perfectible. Crezco y creo más en lo espiritual y en mi caso en Dios, llámese una energía universal que todo conecta. He vivido cosas extraordinarias que han puesto a prueba mis creencias, pero eso lo dejo para comentarlo en otra ocasión.

Y sí, parea existir hay que sufrir, pero sobre todo hay que amar, saber perdonar, comprender a los demás, concordar y aunque sea un poco pero siempre respetar. Aunque parezcan cosas imposibles, hay que romper los ciclos, eso es lo que nos lleva al camino de nuestra genuina humanidad, la capacidad de la resiliencia y el poder salir avante.

Soy muy reservado con mis asuntos personales, pero si soy siempre abierto con todo aquel que así lo sea conmigo. Por ejemplo y para efectos de ser honesto y congruente con lo que expongo, aún que en mi vida viví desde golpizas fuertes de niño, y en años de juventud otros tantos intentos de personas que buscaban dañarme y/o apagar mi luz, salvo en una ocasión y con muy leves nalgadas y gritos fuertes, nunca les he puesto un dedo encima a mis hijos, los cuales hasta el día de hoy y ya ellos siendo adultos, amo con todo mi ser.

En reciente día del padre me regalaron una playera que dice “Super Dad”, en conjunto con sinceras felicitaciones con tremendo amor. Verán, no se tiene que volar, aventar rayos por los ojos o hasta poder cargar edificios para ser cada quien a su manera su propio Superman. (A todo género incluyo en cada alusión)

Aprovecho para enviar bendiciones a todas aquellas personas que han forjado mi vida, de lo bueno y lo malo, todos han influido para efectos de llegar a ser el hombre que soy hoy en día. De coraza fuerte, pero sin duda de corazón de pollo, de ideales marcados, pero de alma rockera, un hombre creyente en la eterna esperanza hasta el día que levitando regrese a mi destino.

Reflexión

“Nunca me arrepiento de pensar que puedo volar, porque al hacerlo levita mi mente.”

-Jorge A. Infante Alarcón

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)   

DONA AHORA

Para que HOYTamaulipas siga ofreciendo información gratuita, te necesitamos. Te elegimos a TI. Contribuye con nosotros. DA CLIC AQUÍ


DEJA UN COMENTARIO

HoyTamaulipas.net Derechos Reservados 2016
Tel: (834) 688-5326 y (834) 454-5577
Desde Estados Unidos marque: 01152 (834) 688-5326 y 01152 (834) 454-5577