Ser niña en México no debe ser una condena; exigen justicia y protección
Ciudad de México. - El pasado 5 de julio, en Hermosillo, Sonora, fueron encontrados los cuerpos sin vida de Meredith, Medelin y Karla, tres hermanas de 11 y 9 años. Las mayores abrazaban a la más pequeña. Días antes, también había sido localizada sin vida su madre. La principal línea de investigación apunta a un posible feminicidio infantil perpetrado por alguien cercano a la familia.
Desde Reinserta, expresamos nuestra más profunda tristeza y empatía con la familia de estas pequeñas asesinadas y nuestra indignación ante este crimen atroz. Lo ocurrido no es solo una tragedia que golpea el corazón de toda la sociedad, sino una muestra evidente de la fragilidad de los mecanismos de protección que deberían garantizar la seguridad y el bienestar de la niñez en México.
Este hecho no es aislado. Es parte de una realidad dolorosa y persistente: vivimos en un país donde ser niños se ha vuelto un riesgo. En México, la violencia contra la infancia ya ni es invisible: es constante, estructural, extrema y muchas veces impune. Según datos de la Red por los Derechos de la Infancia (REDIM), más de 1,000 niñas, niños y adolescentes son asesinados cada año. Estamos ante la cotidianidad de la violencia que normaliza lo que jamás debió ni debe ser tolerado.
Una vez más el sistema reacciona ante esta violencia, pero tiene ante sí una oportunidad de proteger a través de la prevención. Tristemente Meredith, Medelin y Karla nos recuerdan que la falta de inversión en sistemas de protección, la construcción de redes de apoyo no es una omisión menor: es una deuda que pone en riesgo y arrebata vidas.
Desde Reinserta, hacemos un llamado urgente:
1 Aumentar sustancialmente el presupuesto destinado a la protección de la infancia, reconociendo que no es gasto, sino inversión en justicia, paz y futuro.
2 Crear una política nacional integral de prevención del feminicidio y abuso sexual infantil, con protocolos claros y aplicables en escuelas, hospitales, fiscalías y comunidades.
3 Reformar y dignificar los sistemas DIF, garantizando espacios seguros, con personal capacitado y sin revictimización.
4 Establecer sistemas de alerta temprana, bases de datos de agresores y mecanismos reales de prevención del delito.
5 Capacitar a todos los operadores del sistema de justicia y protección en enfoque de derechos de la infancia. Sin excepción.
Cada infancia asesinada es una herida profunda que nos rompe como comunidad. Desde Reinserta, reiteramos con fuerza nuestro compromiso: seguiremos trabajando todos los días para construir un país donde ser niña o niño no sea una amenaza, donde cada infancia tenga acceso a una vida digna, segura y libre. Porque no basta con sentir dolor: es momento de actuar.
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