Del sueño americano a la pesadilla mexicana
Investigador nacional de la UAT. Nivel 2 del SECIHTI - CONAHCYT.
Con los embates desde enero, sufridos en la política exterior mexicana, donde pasamos de un país de diásporas migrantes de origen, ahora somos un país de "origen, retorno, tránsito y destino", gracias a la aceptación de facto, para recibir deportados de ciudadanos mexicanos y otros países, una especie de "Tercer País Seguro" remembrando el programa conocido como "Quédate en México", y seguir recibiendo éxodos migrantes de Centroamérica, Venezuela, Cuba y Haití, que venían de paso o tránsito, aplicando la vieja forma "CBP One", derogada por la actual administración republicana, además de implementar la nueva forma "CBP Home" para aplicar el auto retorno voluntario por las amenazas de redadas masivas.
Lo descrito ha provocado que México se convirtiera en una especie de "Nuevo Sueño Mexicano" en sustitución del viejo "Sueño Americano".
El “Sueño Mexicano” y la Realidad Migratoria:
La idea del “Sueño Mexicano” ha surgido como una alternativa discursiva al “Sueño Americano”, promoviendo a México como un país de oportunidades para migrantes y retornados. Sin embargo, esta narrativa se enfrenta a una realidad mucho más compleja y adversa. México, lejos de ser un destino de prosperidad, se ha convertido en un territorio de tránsito bloqueado y de deportación para miles de personas que buscan llegar a Estados Unidos o que han sido expulsadas de ese país.
La llegada masiva de migrantes ha puesto en evidencia la incapacidad de las economías locales mexicanas para ofrecer empleos dignos y suficientes. Muchos migrantes, al verse imposibilitados de continuar su camino hacia el norte, quedan varados en ciudades fronterizas o en el interior del país, enfrentando condiciones precarias, desempleo y falta de acceso a servicios básicos. Esta situación genera una presión adicional sobre comunidades ya vulnerables, incrementando la competencia por recursos escasos y profundizando la desigualdad social.
Colapso de los Sistemas de Asilo
El sistema de asilo mexicano, diseñado para atender un flujo mucho menor de solicitantes, se encuentra desbordado. Las instituciones encargadas de procesar solicitudes y brindar protección no cuentan con los recursos ni la infraestructura necesarios para responder a la magnitud de la crisis. Esto provoca largos tiempos de espera, incertidumbre jurídica y, en muchos casos, la negación de derechos fundamentales a los migrantes y solicitantes de asilo.
La situación actual no es el resultado de una transición planificada, sino de políticas migratorias coercitivas implementadas principalmente por Estados Unidos. Estas políticas buscan externalizar la gestión de la migración, trasladando la responsabilidad y la crisis humanitaria a México. Así, la frontera estadounidense se “desplaza” hacia el sur, y México se convierte en el eslabón más débil de una cadena de contención que, en la práctica, ha demostrado ser ineficaz y contraproducente.
La “Pesadilla Mexicana”. Lejos de materializar un sueño, México enfrenta una “pesadilla” marcada por la inseguridad, la explotación y la vulnerabilidad de miles de personas en tránsito o deportadas. La crisis migratoria internacional se manifiesta en territorio mexicano con consecuencias sociales y económicas que apenas comienzan a visibilizarse: aumento de la xenofobia, tensiones comunitarias, sobrecarga de servicios públicos y un deterioro generalizado de las condiciones de vida tanto para migrantes como para la población local.
En suma, la retórica del “Sueño Mexicano” se ve desmentida por una realidad de crisis humanitaria, económica y social. México, lejos de ser un país de acogida y oportunidades, se ha transformado en un espacio de contención y sufrimiento, resultado de políticas migratorias externas que han trasladado la frontera y la crisis de Estados Unidos a territorio nacional. Las consecuencias de este fenómeno apenas comienzan a manifestarse y exigen respuestas integrales y coordinadas a nivel regional.
Jorge Alfredo Lera Mejía
Tampiqueño, Economista (ITAM), LAE, Maestro en Economía y Doctor en Administración Pública (UAT).
Asociado del INAP, Subsecretario del Exterior de la Federación del Colegio Nacional de Economistas y Vicepresidente zona noreste de la LER. Inicia su carrera en 1977 y ha desempeñado diversos cargos en la Administración Pública Federal, en Michoacán y en Tamaulipas.
Catedrático en la UNAM, ITAM, ULSA y actualmente profesor-investigador por la UAT e Instructor de la Auditoría Superior de la Federación.
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