Altamira, Tamaulipas. – Cuando las lluvias de la tormenta Barry convirtieron las comunidades rurales de Altamira y González en auténticos lodazales, ambos alcaldes salieron a la calle… pero vaya diferencia: mientras Armando Martínez, alcalde de Altamira, se paseó como turista VIP a bordo de una lancha para no mojarse ni el calcetín, el alcalde de González, Miguel Alejandro Zúñiga Rodríguez, se bajó al agua, se remangó el pantalón y caminó entre los damnificados.

Las imágenes hablan solas: Martínez navegaba impoluto sobre los techos sumergidos, saludando desde su lancha como si fuera desfile; en contraste, Zúñiga Rodríguez cargaba víveres, se empapaba y abrazaba a las familias afectadas, demostrando que la solidaridad no se ejerce desde la comodidad de un asiento flotante.

Lo peor, es que el alcalde de Altamira, Armando Martínez prefirió posar para la foto, mientras entregaba unas míseras despensas.

Las redes no perdonaron al “rey de la lancha”, como ya apodan a Martínez, mientras que el alcalde de González se ganó elogios por mojarse –literalmente– con su gente. En momentos de crisis, queda claro: algunos prefieren surfear la desgracia… y otros la enfrentan hombro a hombro con su pueblo.