Incómodos claroscuros
LO CLARO. Las bellas artes son parte esencial de la formación integral humana. La teoría y práctica del intelecto se desarrolla de manera exponencial cuando los seres humanos tenemos contacto con las fibras que nos conectan desde el interior.
Danza, pintura, teatro, música, expresiones artísticas en su generalidad
La Universidad Autónoma de Tamaulipas, mediante el espectáculo “Tradición que vibra” pone en escena a los cientos de competitivos estudiantes de todos los niveles educativos que conforman la familia UAT en esta exposición de talentos que vibran con su sociedad.
El ciclo enero-junio que promueve la institución para su preparación humanística, concluye con estas muestras de creatividad que entregan a sus comunidades. El resultado, personas con grandes talentos y aptitudes que se disponen para ser líderes de su entorno social.
LO OSCURO. En el contexto actual de crisis habitacional que enfrenta México, la cuestión de las casas abandonadas adquiere una relevancia crítica. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía INEGI, más de 3.8 millones de viviendas están desocupadas en el país; muchas de ellas en zonas urbanas donde la demanda de vivienda es aguda. Este grave problema desdibuja la imagen de las ciudades y suele desembocar en la ocupación irregular por parte de personas en situación de vulnerabilidad.
Octavio Romero Oropeza, director de INFONAVIT propone una solución que, aunque parece incómoda, tiene el potencial de ofrecer una respuesta eficaz a esta crisis: brindar certidumbre jurídica a las propiedades abandonadas que son invadidas. En su intervención en el foro "Vivienda y Desarrollo Urbano" Oropeza expone que regularizar el estatus de estos inmuebles es un paso fundamental hacia la resolución del conflicto que se genera entre propietarios y ocupantes.
La invasión de propiedades en México ha progresado a lo largo de los años. En 2018 se reportó un incremento del 12% en casos de invasión en áreas urbanas, reflejo de la creciente presión social por vivienda digna. Este fenómeno social ha llevado a la confrontación directa entre los propietarios -muchos de los cuales se ven despojados de su patrimonio- contra los ocupantes, que defienden su derecho a un hogar.
Oropeza sostiene que la propuesta de certidumbre jurídica transformará este escenario. Proporcionar una vía legal para la regularización de las viviendas ocupadas implica ofrecer derechos a sus inquilinos, quienes en su generalidad se encuentran atrapados en un limbo jurídico, sin acceso a servicios básicos ni protección legal. La regularización constituye un acto humanitario y revitaliza comunidades que han sido despojadas de su vitalidad económica y social.
Esto es una cara de la moneda.
Esta solución no está exenta de críticas y preocupaciones legítimas. Expertos advierten que tal medida incentivará aún más la ocupación irregular, generando un “efecto llamada” (posible invasión masiva de ‘paracaidistas’) que complique aún más la ya tensa relación entre propietarios y ocupantes.
Por otro lado, se teme que esta política exponga a los propietarios a riesgos financieros innecesarios, afectando la inversión en el sector inmobiliario, que según la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios ADI representa un 7% del Producto Interno Bruto PIB nacional.
Con el fin de crear un equilibrio, la estrategia de Oropeza deberá incorporar mecanismos que salvaguarden los derechos de todas las partes involucradas.
Como implementar un proceso transparente y bien regulado de verificación que asegure la legalización de los ocupantes y la protección de los propietarios.
Una alternativa puede ser la creación de un registro de viviendas deshabitadas donde se gestionen acuerdos que beneficien a ambas partes y minimicen futuros conflictos.
A pesar de que algunos consideramos la propuesta de Oropeza una medida radical, es innegable que los modelos de intervención tradicionales no han funcionado de manera efectiva. Una reflexión sobre el legado de las políticas habitacionales en el país revela que, desde los años 70, en diversas administraciones se ha intentado abordar el problema de la vivienda sin un enfoque que reconozca las realidades sociales actuales.
La certidumbre jurídica se encuentra en el cruce de la necesidad social y la pragmática administrativa. La manera en que se gestione este grave meollo tendrá un impacto profundo en el bienestar inmediato de miles de familias y en el futuro desarrollo urbano de las ciudades de nuestro país.
Las palabras de Octavio Romero Oropeza invitan a un diálogo por demás necesario: ¿es el camino hacia la certidumbre jurídica una vía trasnitable para abordar la crisis de vivienda en México? Esto definirá el sentido de justicia social y los desafíos monumentales en la lucha por un hogar digno para todos sus ciudadanos.
El tiempo será el mejor juez para esta incómoda solución.
COLOFÓN: Dentro de la nueva esfera del ‘inquilinato’ en las casas abandonadas; tanto el riesgo de perderlo todo por un ataque iraní como por una visita de ‘Doña Carlota’ obligan a plasmarlo todo en papel de una vez por todas. Las leyes deben ser lo más presurosas y benévolas en favor de ambos bandos. Inquilinos y legítimos dueños.
¡Apresúrense!
@deandaalejandro
HECTOR ALEJANDRO DE ANDA CORTEZ
Colabora en medios impresos y en portales informativos electrónicos. La Columna Claroscuro se publica desde 2007
La columna Claroscuro se publica desde el 2007 en los mismos medios, trisemanal.
Especialmente tocamos temas económicos y de política en general.
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