“El campo se está quedando solo”: Alerta por el futuro de la ganadería en Tamaulipas
Ciudad Victoria, Tamaulipas. - La crisis ganadera no solo es económica ni ambiental, sino también generacional, mientras los hatos disminuyen y las tierras se abandonan, el relevo joven brilla por su ausencia y en Tamaulipas la preocupación ya es urgente, informó Alicia González Muñoz.
La presidenta de la delegación estatal de Mujeres Ganaderas de México (MUGAM) lo dice sin rodeos, “la ganadería se está quedando sin manos. Los jóvenes ya no quieren continuar con esta vida”.
Ganaderos envejecidos, ranchos vacíos
Más del 50 por ciento de los productores ganaderos en Tamaulipas tienen más de 60 años, según cálculos de la propia dirigente. Muchos han vendido sus tierras, otros simplemente se han ido, y la mayoría ya no busca heredar el trabajo del campo a sus hijos.
La idea de vivir en el rancho y cuidar animales ya no atrae a las nuevas generaciones. Incluso cuando se proponen eventos familiares para acercar a los jóvenes al mundo rural, el interés es mínimo.
“Propuse una jornada de campo familiar, un picnic para que los hijos visitaran los ranchos, pero no se logró concretar. Muchos ni siquiera quieren que sus hijos se dediquen a esto”, cuenta la ganadera.
Un fenómeno que trasciende fronteras
Lo que pasa en Tamaulipas no es un caso aislado. La falta de relevo generacional se repite en todo el país y a nivel global.
En Estados Unidos, por ejemplo, solo el 1% de la población produce alimentos para el 100%, señala González. “Cada vez somos menos los que alimentamos a todos”.
De moda, pero no de vocación
Hoy en día, la estética ranchera está de moda: sombreros, botas, hebillas, jeans... pero pocos quieren ensuciarse las manos, vivir en el campo o comprometerse con el trabajo diario de producir alimentos.
“Muchos jóvenes no saben ni por dónde empezar. Les gusta cómo se ve el rancho en Instagram, pero no saben lo que cuesta vivirlo”, afirma.
¿Quién producirá nuestra comida?
La presidenta de MUGAM advierte que el abandono de tierras y la reducción de superficie ganadera son un riesgo silencioso. Y que el problema ya no es solo de rentabilidad.
“La verdadera pregunta es: ¿quién va a producir los alimentos en el futuro? Porque sin relevo, el campo dejará de alimentarnos”.
Su reflexión final es tan simple como contundente: “El campo no se está quedando solo por falta de tierra o ganado. Se está quedando solo porque ya no hay quién quiera vivirlo. Y eso, sí es alarmante”, concluyó.
oal
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