Ciudad Victoria, Tamaulipas.– En una cancha cualquiera de Ciudad Victoria, donde el pasto sintético se calienta más que los ánimos de los partidos de veteranos, hay un personaje que ya es leyenda, Sergio Cedillo, mejor conocido en el bajo mundo futbolero como “La RBK”, por su afición a portar marcas deportivas aunque no siempre en sus versiones originales.

Con su caminar tambaleado por el influjo del alcohol, su plática entre cortada al andar alcoholizado, su bote en mano y ese grito clásico de “¡Balón, balón!”, Sergio se ha ganado un lugar en el folclore del fútbol local. Pero en días recientes, su historia ha dado un giro tan viral como controversial.

Sucede que varios equipos de la Liga de FUT 7 Veteranos más famosa de Victoria sí, esa donde se juega más con nostalgia que con piernas frescas, han vetado a “La RBK” por acudir en repetidas ocasiones a los partidos “con unas caguamas de más encima”.

Según versiones extraoficiales, Cedillo llegaba con el ánimo muy arriba y la coordinación motriz muy abajo, provocando que más de un balón terminara donde no debía, incluso con él en el suelo.

Diversos comunicados de equipo señalaron un veto total a Sergio Cedillo, incluso lo desconocieron como su trabajador o amigo.

Sin embargo, cuando parecía que la carrera de “La RBK” como balonero llegaba a su fin, ocurrió lo inesperado, los árbitros de Victoria se pusieron la camiseta por él.

En un comunicado que rápidamente circuló por grupos de WhatsApp, Facebook y hasta por los estados de los árbitros más serios, el gremio arbitral reconoció a Sergio como “amigo, compañero y ejemplo de lucha”. Pero no se quedaron ahí; anunciaron que le invitarán una promoción de cervezas para demostrarle su apoyo y recordarle que “el néctar de los dioses no se le niega a nadie”.

“Sabemos que Sergio a veces se pasa, pero es un chavo noble, trabajador, que se parte el lomo bajo el sol para ganar el pan de cada día. Y eso, señores, no se olvida”, comentó uno de los silbantes.

“La RBK” no es solo un personaje del fútbol victorense. Es un hombre humilde, que trabaja como balonero para apoyar a su madre y llevar algo de ingreso al hogar. A pesar de sus tropiezos etílicos, es conocido por su disposición, su buena vibra y sus ganas de salir adelante, aunque a veces esas ganas vengan acompañadas de una caguama.

En Victoria, tierra de contrastes, donde un gol se grita más que una boda y donde los personajes como “La RBK” son parte del encanto, esta historia aún no tiene final. Lo que sí es seguro, es que Sergio Cedillo ya es leyenda, con todo y el alcohol en las venas.

Porque el fútbol es pasión, sudor… y a veces, un poquito del néctar de los dioses.