Veracruz, Veracruz.- En 2024, el Ayuntamiento de Veracruz, en coordinación con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), puso en marcha un ambicioso proyecto de rescate del Centro Histórico que ha permitido descubrir vestigios arqueológicos clave para reconstruir más de 500 años de historia urbana y vida cotidiana.

El salvamento arqueológico se extiende a lo largo de casi un kilómetro sobre las avenidas Independencia (970 m) y 5 de Mayo (971 m), en pleno corazón de la ciudad, donde actualmente se realizan obras de sustitución de drenaje, agua potable, fibra óptica y otras infraestructuras. Estas intervenciones han abierto “ventanas al pasado” que abarcan desde el siglo XVI hasta la actualidad.

Judith Hernández Aranda, arqueóloga del Centro INAH Veracruz y responsable del proyecto, destaca que los hallazgos revelan una ocupación intensa desde los primeros años del contacto hispano. Entre los descubrimientos más relevantes están los cimientos de la antigua Puerta de México, uno de los accesos principales a la ciudad amurallada durante el virreinato, localizada cerca del Templo de La Pastora.

Durante abril, excavaciones en la avenida 5 de Mayo revelaron también muros y cimentaciones que habrían sido parte de antiguos cuarteles y una prisión militar, estructuras que se conectaban directamente con la muralla.

Otro hallazgo sorprendente se dio al levantar capas de pavimento del siglo XX: arqueólogos encontraron fragmentos de huesos bovinos fracturados intencionalmente, usados como material de relleno y estabilización del suelo, posiblemente en patios de antiguos cuarteles. Esta práctica se documenta también en otros sitios históricos de la ciudad, como el Fuerte de San Juan de Ulúa y el edificio La Galatea.

Aunque los objetos recuperados son fragmentarios —vidrio, cerámica, huesos— su valor es inmenso. Según Hernández Aranda, estos restos permiten reconstruir patrones de consumo, comercio, hábitos tecnológicos y costumbres cotidianas de la población a lo largo de cinco siglos.

Todos los materiales hallados son resguardados, clasificados y analizados en la Ceramoteca del Centro INAH Veracruz, donde contribuyen al conocimiento profundo de la evolución urbana y cultural del puerto más antiguo de México.