Dilemas
Desde que escribí la semana pasada sobre el desarrollo de unas olimpiadas sin límites y sin antidoping, ha rondado en mi cabeza el dilema ético que ello representa. A partir de ahí, decidí escribir el presente texto, ampliando la mirada, para compartir contigo los que, a mi juicio, serán algunos de los principales dilemas éticos de los próximos años. Seguro habrá más, sin embargo, te comparto los que estimo ineludibles.
Es importante precisar que hay preguntas que son tan grandes que no caben en una sola disciplina. No bastan la filosofía, la ciencia política o la tecnología por separado. Son dilemas que atraviesan fronteras, generaciones y lenguajes. Cuestiones que ya están aquí y que marcarán el rumbo de nuestras decisiones individuales, colectivas, globales.
Empecemos con los dilemas. Diez espejos del tiempo que se aproxima. Diez invitaciones a pensar.
La eficiencia ya está ganando. Algoritmos que predicen mejor que médicos, que conducen mejor que humanos, que escriben mejor que muchos escritores. ¿Debemos rendirnos ante su superioridad funcional, o hay un valor intrínseco en el error humano, en el proceso, en la elección imperfecta?
La ingeniería genética, los implantes neuronales, la edición CRISPR, los órganos impresos, los nootrópicos. Si podemos mejorarlo todo, ¿sigue existiendo la idea de naturaleza? ¿Dónde empieza la eugenesia 2.0? ¿Y quién decide los límites?
Hay regímenes autoritarios que ofrecen estabilidad, crecimiento económico y resultados visibles. La tentación del “despotismo ilustrado digital” crece. ¿Qué pesa más: la eficacia o el derecho a decidir? ¿Y qué pasa cuando las masas eligen su propia servidumbre?
Ciudades privadas, colonias espaciales, búnkeres climáticos, islas fiscales. La desconexión ya comenzó. ¿Tiene la élite alguna obligación ética con la humanidad restante o se aproximan sociedades paralelas que ya ni siquiera se cruzan?
Neuropublicidad, dopamina inducida, adicciones digitales diseñadas al milímetro. Si la persuasión se convierte en programación emocional, ¿todavía existe el libre albedrío? ¿Puede una buena causa justificar la ingeniería del consentimiento?
Análisis de patrones, perfiles de riesgo, vigilancia predictiva. ¿Se puede condenar una intención estadística? ¿Vale más prevenir que preservar la presunción de inocencia?
Desde vacunas hasta inteligencia artificial, desde energía limpia hasta alimentos sintéticos. ¿La innovación es propiedad de quien la crea o un bien común? ¿Puede haber propiedad intelectual en temas que salvan vidas?
Crisis climática, escasez de agua, migraciones forzadas, incertidumbre existencial. ¿Es el acto de procrear un derecho incuestionable, una esperanza necesaria o una irresponsabilidad moral?
Neurointerfaces, prótesis cognitivas, metaversos vivenciales. La frontera entre lo biológico y lo artificial se desdibuja. ¿La evolución humana pasa por convertirse en posthumana? ¿O hay algo sagrado en seguir siendo imperfectos?
El tribalismo digital, las burbujas ideológicas, la polarización informativa. ¿Cómo construir un nosotros cuando ya casi nadie vive en la misma realidad? ¿Puede haber aún acuerdos universales, o sólo quedarán microverdades irreconciliables?
Estos dilemas no piden respuestas inmediatas. Piden algo más difícil: conciencia. Pensarlos juntos. Discutirlos sin arrogancia. Aceptar que la brújula moral de los próximos años dependerá, más que nunca, de algo que ni la tecnología ni la política pueden garantizar por sí solas: humanidad.
Estoy convencido que el futuro se decide en cada conciencia que aún se atreve a preguntar: ¿y si lo estamos haciendo mal?
¿Voy bien o me regreso? Nos leemos pronto si la IA lo permite y estos dilemas no me roban el sueño.
Placeres culposos: Finales de la NBA, NHL y Roland Garros. Los nuevos álbumes de Volbeat, God of angels trust y Cynthia Erivo, I forgive you.
Magnolias para Greis y Alo.
David Vallejo
Politólogo y consultor político especialista en temas de gobernanza, comunicación política, campañas electorales, administración pública y manejo de crisis. Cuenta con posgrados en Estados Unidos, México y España.
Además esposo amoroso, padre orgulloso, bibliófilo, melómano, chocoadicto y quesodependiente.
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