LO CLARO. No existirían datos fidedignos que avalen la toxicidad y consecuencias del uso de pesticidas y herbicidas que ayudan y causan efectos secundarios para acelerar y garantizar cultivos alimentarios para el hombre.

¿Razones? Nos han permitido por muchos años eliminar hambrunas derivado del control de crecimiento de las siembras de alimentos a humanos y hatos de ganado, bajo la ayuda de agentes que contiene cierto grado de elementos que envenenan plagas y hierbas que atacan a esos cultivos. Las consecuencias adversas y buenas son que permiten cosechas abundantes, pero a costos inclusive con patologías cancerígenas.

No hay elementos probatorios de lo dicho, pero tampoco se descartan tales observaciones.

El futuro sostenible de la humanidad se encuentra en buscar medidas amigables con el medio ambiente y con la biodegradación de esos agentes auxiliares.

La academia coloca todo su empeño en el estudio de soluciones.

La Universidad Autónoma de Tamaulipas participa a su comunidad de investigaciones que se llevan a cabo en este tenor. Se desarrollan las bases para la obtención de bioherbicidas para el cultivo de frijol, que elimina la maleza y sustituye a los antiguos elementos químicos utilizados en el mismo fin.

La tesis de investigación presentada sobre este tema, demuestra resultados nulos de toxicidad respecto de los agentes químicos empleados en la actualidad.

Ya se ensayan en otros frutos de la tierra como gobernadora, eucalipto y en la cáscara de nuez.

El futuro es la sostenibilidad de la vida. Bien por la investigación.

LO OSCURO. En México, las organizaciones no gubernamentales ONG y los organismos sociales desempeñan un papel crucial como contrapesos al poder gubernamental, promoviendo la transparencia, la rendición de cuentas y la defensa de los derechos humanos. A medida que la democracia mexicana evoluciona, la presencia y el impacto de estas entidades se tornan cada vez más evidentes, especialmente en un contexto en el que la participación ciudadana es fundamental para el fortalecimiento del estado de derecho.

Desde la década de 1980, la sociedad civil en México ve un crecimiento significativo en términos de organización y activismo. Según datos del Centro Mexicano de Filantropía, en 2021 existían más de 50,000 ONG registradas en el país, lo que refleja un compromiso continuo con diversas causas; desde la educación y la salud hasta la justicia social y los derechos humanos. La influencia de estas organizaciones es particularmente notable durante momentos críticos de la historia reciente, incluyendo movimientos por la democratización y la lucha contra la corrupción.

Las ONG sirven en múltiples funciones esenciales.

Organizaciones como Amnistía Internacional y el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez han sido fundamentales para denunciar violaciones a los derechos humanos y brindar apoyo legal a víctimas. Estas actividades son clave para mantener la presión sobre el gobierno y fomentar políticas más justas.

ONG como México Evalúa y Transparencia Mexicana han trabajado incansablemente para promover la transparencia en el uso de recursos públicos. Iniciativas como la plataforma "Datos Abiertos" permiten a la población monitorear el gasto gubernamental y ejercer un control social.

Otras como CIESAS y Fundar promueven la educación cívica, informando a la población sobre sus derechos y fomentando un mayor involucramiento en procesos democráticos. Esto es particularmente relevante en un país donde la desconfianza en las instituciones es alta.

A pesar de sus contribuciones, las ONG y los organismos sociales enfrentan múltiples desafíos. En años recientes, la administración mexicana ha implementado legislaciones que limitan la capacidad de las ONG para operar.

La Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública reciben críticas por su interpretación restrictiva. Lamentablemente, el organismo de acceso a la información pública se convierte en letra muerta.

Muchas ONG que trabajan en áreas sensibles -como la defensa de derechos humanos o la lucha contra la corrupción- son objeto de acosos, amenazas e incluso desapariciones forzadas. En 2022, la organización "Protectora de Justicia" reportó un aumento del 40% en ataques contra activistas y defensores de derechos humanos.

A pesar de estas dificultades, la capacidad de las ONG para movilizar a la sociedad civil y generar cambios positivos no pierde su trascendental papel. Durante la pandemia de COVID-19, muchas organizaciones adaptaron sus estrategias para brindar apoyo a comunidades vulnerables, demostrando su flexibilidad y compromiso social.

Los organismos sociales en México son pilares esenciales en la lucha por la justicia, la transparencia y los derechos humanos. Su capacidad para actuar como contrapesos al gobierno es fundamental para la consolidación de la democracia en el país.

Fomentar la colaboración entre gobierno y sociedad civil, así como promover una mayor participación ciudadana, son pasos vitales hacia un futuro en el cual las voces de la sociedad civil deben ser escuchadas y respetadas.

COLOFÓN: Una muy lamentable declaración provino del entonces candidato a la presidencia AMLO (sic) “Le tengo mucha desconfianza a todo lo que llaman sociedad civil o iniciativas independientes”. Y aseguraba. “No tienen voz para hablar con una autoridad gubernamental, sólo hablaré con instancias de otros poderes, jamás con sociedad civil”.

Poner en una misma bolsa a todos quienes conformamos el espectro de sociedad civil, es igualitario a decir que todos los políticos del mundo son corruptos e hipócritas… mejor busquemos otra comparación.

La sociedad civil organizada, no tiene fecha de caducidad. Los partidos políticos y los políticos en general, sí.

alejandrodeanda@hotmail.com

@deandaalejandro

HECTOR ALEJANDRO DE ANDA CORTEZ

Colabora en medios impresos y en portales informativos electrónicos. La Columna Claroscuro se publica desde 2007

La columna Claroscuro se publica desde el 2007 en los mismos medios, trisemanal.

Especialmente tocamos temas económicos y de política en general.